por Néstor Francia
Análisis de Entorno Situacional Político
Lunes 27 de noviembre de 2017
Democracia a la cubana
Diosdado Cabello ha dicho, en el más reciente programa dominical de José Vicente Rangel, que se necesita el desarrollo de acciones audaces, que se ajusten al origen no convencional de la coyuntura económica de Venezuela. Eso es cierto, tanto como que también en políticas revolucionarias hacen falta acciones audaces. Algunas se han llevado adelante, como la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. En otras áreas continúan imponiéndose políticas conservadoras, como en lo que atañe a la transformación del Estado, y al sistema institucional y político en general.
Como hemos asentado en varias oportunidades, nosotros tuvimos como principal propuesta para nuestra campaña electoral constituyente la de eliminar la figura del alcalde e instaurar formas de gobierno populares y colectivas al nivel del poder municipal. Esta propuesta la dimos a conocer, una vez electos, a través de la plataforma digital interna de la Constituyente, con nula respuesta, cosa que también hemos repetido tercamente más de una vez ¿Acaso es descabellado lo que planteamos? ¿No valdría la pena abrir al menos un debate sobre el tema en la ANC? Insistimos e insistiremos con nuestras ideas en torno al tema. Sobre todo cuando constatamos, una vez más, los avances en la democracia que debería ser modelo para todas las fuerzas progresistas del continente, la democracia cubana.
Ayer, bajo la sombra del recuerdo inmarcesible de Fidel Castro, hubo elecciones en Cuba. Son elecciones muy diferentes a las que se dan en todos los demás países del continente, incluida Venezuela, donde dominan todavía las formas del Estado burgués y de la democracia burguesa, a pesar de los avances innegables en la lenta y complicada construcción del Poder Popular. Las elecciones en Cuba tienen algunos importantes puntos de coincidencia con nuestras propuestas hechas a la Constituyente en cuanto al poder local.
El pueblo cubano eligió ayer a sus representantes al nivel de los gobiernos locales. A pesar de que el voto no es obligatorio, normalmente participa alrededor del 90% de los electores.
Como en nuestras elecciones municipales, Cuba vota dividida en circunscripciones electorales. Tal como se señala en un reportaje de Rusia Today, antes de cada elección, en cada una de las circunscripciones se realiza una asamblea en la que pueden participar todos los ciudadanos con derecho a voto. Entre los miembros de la asamblea se eligen entre dos y ocho candidatos -de acuerdo al padrón- que se postularán para ser electos a la Asamblea Municipal como delegados de circunscripción. No es requisito para candidatearse estar afiliado al Partido Comunista, ya que no se votan listas partidarias, sino personas particulares.
Esto es básicamente igual al tipo de elección local que hemos propuesto a la Constituyente. Nos auto citamos: “Los Consejos Populares Municipales se elegirían de la siguiente manera: Dividida cada parroquia en sectores, se elegiría un número delegados sectoriales en asambleas populares abiertas, después de la postulación razonada de personas que se hayan destacado por su labor comunitaria… En esas asambleas no postulan los partidos políticos, sino directamente los ciudadanos, aunque los elegidos pueden militar o no en un partido”.
A diferencia de otras naciones, la campaña electoral cubana no implica un gasto millonario, ni favorece a quienes tienen más proyección mediática, ni hay un torneo de promesas ni un festín de manipulaciones a través de cuñas, avisos, afiches y otros medios publicitarios. De hecho, no existe la campaña como tal, sino que todos los candidatos tienen la misma difusión, que consiste en una hoja con su foto y currículum.
Para elegir las instancias superiores, los representantes municipales electos votan a las personas que integrarán las asambleas provinciales y, desde ese otro nivel, se eligen los miembros de la Asamblea Nacional, manteniéndose el voto directo, pero la postulación de candidatos es indirecta.
La Asamblea Municipal elige el 50% de las candidaturas entre los delegados de circunscripción. La otra mitad son otras personas de la localidad, principalmente referentes de organizaciones de la sociedad civil, como la Central de Trabajadores de Cuba o la Federación de Mujeres Cubanas. Aquí también hay varias similitudes con nuestra propuesta constituyente.
Cada asamblea, sea municipal, provincial o nacional, elige de entre sus miembros la instancia ejecutiva. En el caso de las dos primeras se trata del Consejo de Administración. Y a nivel nacional se conforma el Consejo de Ministros y se elige al jefe de Estado.
Por lo menos dos veces al año cada delegado debe realizar una asamblea de rendición de cuentas ante sus electores. Si estos consideran que no está cumpliendo bien sus tareas pueden revocarlo y exigir una nueva elección.
Nosotros vociferamos que nuestro sistema electoral es “el mejor del mundo”. Esto está lejos de ser cierto. Es verdad que son falsas todas las acusaciones de fraude o falta de transparencia. Pero, tal como ocurre en todas las elecciones de la democracia burguesa, el pueblo vota pero, en lo funda mental, no elige. Son los partidos quienes eligen a los representantes individuales. El Poder Popular, al nivel de las elecciones, prácticamente no existe. Si se puede hablar del “mejor sistema electoral” del mundo, el cubano nos llevaría una ventaja de varias leguas. Por eso seguiremos con nuestra cantaleta, a riesgo de parecer fastidiosos.