por Renzo Amenta
¿Quienes son los revolucionarios hoy en día?
En Venezuela, desde el 1992, cuando el día 4 de febrero, Hugo Rafael Chávez Frías se alzó en armas contra el gobierno de Carlos André Pérez, en sur América se empezó a hablar de una nueva revolución. Luego, desde el año 1998, Chávez fue el alférez del movimiento revolucionario bautizado Revolución Bolivariana, que, además de derrocar definitivamente el neocolonialismo imperante en todo el centro y sur América, habría debido llevar a cumplimiento los ideales del Libertador, actualizados en la sociedad moderna, hasta la construcción del “Socialismo del Siglo XXI”. Nació también una nueva palabra: CHAVISTA, para definir los que están pegados al legado de Chávez.
Todo esto se puede resumir en las palabras del Libertador, expresadas en el “Discurso de Angostura” y que Chávez adoptó como suyas, para identificar las finalidades de su revolución.
Entre otros, cito:
– “Dichoso el ciudadano que, bajo el escudo de las armas de su mando, ha convocado a la Soberanía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta”.
– “Moral y luces son nuestras primeras necesidades… Las naciones marchan hacia el término de su grandeza, con el mismo paso que camina la educación”.
– “El Sistema de Gobierno más perfecto, es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”.
La palabra “revolucionario”, en el diccionario de la lengua española así se define:
“De la revolución o relativo a este, cambio violento en las instituciones políticas de una nación, que produce cambios profundos”.
Hugo Chávez conyugó, en su vida política pública, los cambios profundos en las instituciones, con la búsqueda, en sus realizaciones, de métodos pacíficos, sin violencia, utilizando el dialogo y las leyes expresadas en la Constitución.
Daba también una advertencia, cuando decía que la revolución bolivariana sería pacifica, pero también armada. Pareciera una contradicción, pero expresaba la voluntad de evitar conflictos violentos, que dejan solamente odios, divisiones y sufrimientos. Decía también que, al final de todas las guerras, hay que sentarse a dialogar. Su gran preocupación siempre fue no repetir los errores hechos en Colombia.
Esta visión de la historia y del desarrollo de SU REVOLUCIÓN, filtrados por sus principios éticos y sobre todo morales, a la luz de su fe en Cristo, hace de Hugo Chávez una figura única en la historia moderna y no solamente del sur América, sino mundial.
Esta unicidad es todavía más fuerte, sin sombras, sin manchas, porque El nunca traicionó a su pueblo y aplicó sus principios hasta el último aliento de su vida.
En los primeros años de su presidencia, con la emanación de las nuevas leyes, necesarias para adecuar el Estado a la nueva realidad política y social, consecuencia de la aprobación de la Constitución del 1999, en Venezuela se produjeron cambios profundos y estos cambios fueron traumáticos para muchos gobiernos de medio mundo, como también para la vieja clase política y la oligarquía venezolana. Pero, a la luz de los acontecimientos hasta hoy, junio del 2019, estos cambios fueron también traumáticos para el pueblo venezolano que no supo elaborarlos en la manera correcta.
¿Chávez fue un verdadero revolucionario?
Entonces sí, Chávez fue un verdadero revolucionario, porque, con todos los errores que son intrínsecos a los seres humanos, actuó siempre para realizar sus ideas, confiando en “el pueblo heroico, hecho del barro de los libertadores”.
¿Cuáles fueron los cambios profundos que su gestión aportó en las vidas de los venezolanos?
La lista sería muy larga, pero es suficiente señalar los más impactantes.
Hasta hoy, los gobiernos chavistas han entregado más de 2.600.000 viviendas a la gente de bajos recursos y también a una parte de la así llamada clase media.
Mientras que en nuestros países “civilizados” los bancos quitan viviendas y se desalojan a familias con niños y enfermos, sin importar que va a pasar a esas personas, bajo la mirada distraídas e indiferente de nuestras comunidades, en Venezuela, un gobierno clasificado como dictatorial por esta comunidad internacional inhumana, cumple con el derecho de los pueblos a vivir en una habitación digna.
Chávez decía que esto se puede hacer solo en revolución.
Chávez realizó un sistema sanitario gratuito para todos, incluidos los extranjeros, cosa que pude comprobar directamente. Se construyeron hospitales, unidades de atención médica integral, se potenciaron muchos hospitales con equipos modernos, nacieron decenas de farmacias en las misiones Barrio Adentro, para distribuir fármacos gratuitamente.
Chávez decía que esto se puede hacer solo en revolución.
Lo mismo ocurrió con la escuela pública, totalmente gratuita, desde las guarderías infantiles hasta las universidades, incluidos uniformes, libros y presidios escolares. Se entregaron miles de computadoras desde las escuelas secundarias.
Chávez decía que esto se puede hacer solo en revolución.
¿Entonces, Chávez fue un verdadero revolucionario?
SI
Ahora vamos a poner la pregunta más importante:
¿Cuántos verdaderos chavistas existen hoy en día?
Es importante analizar y también criticar las acciones de los gobernantes o de aquellos que tienen responsabilidad en las instituciones, pero, en esto análisis es mucho más importante entender las actitudes del pueblo, es decir del verdadero dueño de un país, sobre todo en el caso de Venezuela, donde la Constitución dio a este pueblo tantos poderes, enmarcados en los conceptos de democracia participativa y protagónica.
En el marco de las leyes y de la Constitución del 1999, yo escucho siempre con asombro un lema muy importante, que muy a menudo no se entiende en su significado profundo: “el pueblo salva al pueblo”.
En este último año pude ver mucha solidaridad, sobre todo ente la gente humilde, para superar los apagones y la consiguiente falla de agua y gas. Esto es muy positivo.
Pero, lo que se vino disparando, desde la enfermedad del Hugo Chávez, fue algo ignoble.
El pueblo que recibió gratis casas, atención médica, escuelas, ¿cómo consideró estos beneficios?
Una parte estuvo muy agradecida, considerando estos beneficios en su justa luz, es decir como logro de la revolución, y aquellos que todavía no recibieron sus cuotas, se quedaron tranquilos esperando su turno. Otros, por el contrario, entendieron que los beneficios eran derechos absolutos, que el gobierno no hacía nada de excepcional y aquellos que todavía no habían recibido sus beneficios empezaron a protestar por la supuesta ineficiencia gubernamental, primero con Chávez y luego con mucha más fuerza con Maduro, seguramente presionados por una oposición irresponsable.
En el año 2014 pude ver en Vargas protestas de gente que bloqueaba las calles porque, en las casas recibidas gratis, completamente equipadas, se habían dañados algunos electrodomésticos o quemados algunos bombillos y “¡el gobierno no quería arreglarlos o sustituir los bombillos!”. No quiero hacer comentario.
Otra cosa que vi, en las entradas de los edificios populares entregados por el gobierno, entre Tanaguarena y Caraballeda, estaban metidas algunas mesitas llenas de Harinapan, mantequilla, café, azúcar entre otros. Estos productos ya no se encontraban en los automercados.
Un día pedí al muchacho que cuidaba uno de estos “puntos de venta”, el precio de la Harinapan. Me disparó una cifra 10 veces más alta del precio “justo” fijado por el gobierno. Un amigo, que vive en un condominio cerca de Tanaguarena, me dijo que un vecino suyo se alardeaba de tener en su casa más de cincuenta empaques de Harinapan y de azúcar. Un día me dijo que había visto en la basura muchos empaques de Harinapan ya vencidos.
Bachaqueo, una forma asquerosa de acaparamiento.
Los bachacos son hormigas que destruyen todo.
Es decir, estos “comerciantes improvisados”, en su mayoría mujeres, compran todos los productos vendidos a precios controlados, sean víveres, sean fármacos, sean productos para la limpieza y las higienes personales, para luego venderlos a un precio altísimo o lo destinan al contrabando, sobre todo en Colombia a través del Zulia y Táchira.
Muchas veces, estos bachaqueros, son alistados por los dueños de tiendas, que lo utilizan como “proveedores”. Estuvo presente mientras un grupo de seis mujeres entregaban bolsas llenas al dueño de una tienda y se llevaban su recompensa. La esposa del dueño, viendo mi mirada de desconcierto, me explicó que ella “pagaba” a más de veinte muchachas por este “trabajo”, sino no habría podido ganar lo suficiente. El resultado inmediato de “su trabajo” fue que me vendió un kilo de jabón para la lavadora cobrando mil doscientos bolívares (año 2015), siendo el precio normal de 80 bolívares. Este ocurrió en Ciudad Ojeda.
Si en Vargas el bachaqueo no era tan evidente, en Zulia se había convertido en un sistema consolidado, junto a un masivo contrabando de extracción hacia Colombia, principalmente hacia Cúcuta.
Una primera consideración es que esta gran cantidad de gente tenia mucho dinero y con el bachaqueo multiplicó sus capitales. A nadie importaron las consecuencias, y la oposición, sobre todo con Fedecamara, afirmaba que era una forma licita de comercio.
Muchos de los bachaqueros tienen casas entregadas por el gobierno, tienen hijos que estudian disfrutando de los subsidios gubernamentales y seguramente disfrutan plenamente de las ventajas ofrecidas por las misiones. Pero traicionaron y continúan a traicionar la revolución y con sus actitudes, complican la vida de todos.
Y ahora hablamos del contrabando de la gasolina.
Al llegar en Venezuela, en el febrero del 2014, como dije antes, viví primero en Vargas y luego en Zulia. En Vargas pude ver que, diferentemente de mí estadia anterior del año 2006, casi todos los carros circulantes estaban bastantes nuevos y que los carros-chatarras habían desaparecidos. La misma situación pude averiguarla en el oriente. En el año 2015 me mudé en Zulia. Allá el bachaqueo había alcanzado niveles increíbles, con miles de personas que hacían colas organizadas, en su mayoría a las órdenes de la mafia local. Muy a menudo en grupos familiares, todos con celulares, se mudaban de un automercado a otros como una ola mortífera, cuando recibían la información que estaban para llegar a otros ejercicios comerciales, algunas cargas de azúcar o de Harinapan o de algunos productos de limpieza. Muchos bachaqueros tenían decenas de cedulas falsas, para entrar varías veces a la misma tienda y hacer compras ilegales. Con este sistema, todos los productos se vendían de inmediato y no quedaba nada. Estas colas estaban también delante a los ingresos de las farmacias más grandes.
Otra cosa escalofriante fue cuando me di cuenta de que todos los carros-chatarras de Venezuela se encontraban en Zulia. Todos ellos, en las horas diurnas, actuaban como taxi de puesto. En las horas nocturnas, algunos de ellos llevaban toneladas de mercancías a Cúcuta, con la complacencia de algunos elementos de la Guardia Nacional, pero en su mayoría, tienen un tanque auxiliar y pueden llevar más de trescientos litros de gasolina. Por estas razones, en horas de la noche, se crean largas colas en las bombas de gasolina en Maracaibo, donde llenan estos tanques y viajan a Colombia.
Al ingresar en este país, que todavía Maduro, como antes hacía Chávez, se obstina en llamar “hermano”, a efecto de una ley colombiana muy oportuna, la gasolina vuelve legal, se puede sin problema vender a cualquier bomba directamente, y el carro-chatarra se queda con el mínimo de gasolina para volver a Venezuela. Por cada noche, un dueño de carro-chatarra gana entre 60.000 y 100.000 bolívares (año 2015), al neto de una pequeña comisión que tiene que pagar a los policías de ambas partes.
Además de los carros-chatarras, existen otros dos métodos para llevar gasolina a Colombia. El primero es el más “industrial”, porque utilizan directamente ¡una gandola! El otro sistema es el más interesante: se trata de una bicicleta. La inventiva de los venezolanos de verdad es asombrosa. Una bicicleta, oportunamente modificada, puede cargar hasta 300 litros de gasolina.
Todas estas gentes, que ya destruyeron el Estado, se pueden llamar “¿revolucionarias?”.
Seguro que muchos de los que leen estas páginas dirán: estos son escuálidos; así no actúan los chavistas. Lamentablemente no es así.
Voy a hacer otra señalación más.
En Ciudad Ojeda, un martes desperté con un dolor a la barriga. Los síntomas eran de una infección y por eso intenté ir a una clínica cercana a mi habitación. Allá me dijeron que el médico, en aquel día no se encontraba y que pudiera ser al final de la semana. Dije que yo lo necesitaba ya, que por favor me señalara donde pudiera ir. La respuesta fue: “si quiere, puede ir a… donde se encuentran los cubanos”. El tono de voz fue de total desprecio.
Los amigos me llevaron a este centro de atención y me atendieron dos médicos, una mujer y un joven, cubanos. Muy amables, confirmaron mi diagnosis y me dieron una receta con los fármacos que habría debido tomar. Me indicaron una farmacia de la misión Barrio Adentro, para recibirla gratis. Entrando a esta misión, vi un pequeño lugar, con pocas medicinas en las estanterías y tres personas, dos mujeres y un hombre, sentados a discutir tranquilamente, mientras tanto yo esperaba que uno de ellos me atendiera. Quando le dio la gana, el varón me pidió que pudiera hacer por mí. Yo entregué la receta que el miró como si fuera una hoja de papel igienico usado. Continuando a voltearla, será para ver cuanto estaba sucia, me la restituye pidiendome, molesto, porque yo estaba allá, quien fue que me envió justo en aquella farmacia. Expliqué otra vez mi recorido y el señor, bastante fastidiado, me dijo que él no tenian nada. Una de las mujeres tomó la receta y me la restituye repitiendo que no, que no tenian nada de eso, que la última cajita la habia regalada a la “Doctora”.
Mis amigos zulianos, escuchando el cuento, se pusieron a reir diciendome que las medicinas que llegaban allá desparecían el mismo día y que seguramente habria podido encontrarla en Colombia.
Entones, en la misión Barrio Adentro, se encontraba algun ¿revolucionario chavista?
En Zulia, todo el mundo sabe lo que pasa y nadie hace nada. Empezando por el Gobernador.
Las cosas empeoran cada día más, en un silencio total de las istituciones.
Existe una revolución palabrera, muy apasionante en su manera de expresar sentimientos revolucionarios, pero sin acciones que demuestran los efectos revolucionarios.
Las palabras están desconectadas de las acciones.
Para aclarar este concepto, voy a citar una página de mí libro: “Hugo Chávez y la guerra al Colonialismo”. Los acontecimientos descriptos ocurrieron luego del aluvión de Vargas en el año 1999.
“… Todas las redes TV estaban en el sitio, listas a registrar no sólo los acontecimientos, mas especialmente errores y extravíos imputables al gobierno, especulando hasta sobre las desgracias de aquella pobre gente tan duramente probada. Vanessa Davies es una periodista que trabaja en una de las redes privadas de la oposición, creo RCTV.
Esta joven se vuelve testigo de un delito cometido entre las ruinas cenagosas de Vargas. Militares disparan a algunos chicos, matando un par de ellos, bajo los ojos de los parientes y otras personas amigas. Estos testigos denuncian el hecho delante de las cámaras y su testimonio es recogido por Vanessa que, de regreso en los estudios en Caracas manda en el aire un servicio furibundo contra los asesinos y responsabiliza en general al gobierno y Chávez en particular, como de costumbre.
Durante la transmisión Vanessa recibe la llamada de Chávez que la regaña diciendo que no puede lanzar parecidas acusaciones sin pruebas. Vanessa, cada vez más enfurecida, contesta arrechamente y lo informa que tiene pruebas en abundancia. Chávez la invita enseguida a presentarle estas pruebas y Vanessa, indudablemente con cierto temor, va a Miraflores donde es recibida de inmediato por el Presidente.
Cuando la periodista acaba de hablar, el Presidente ordena que preparen el helicóptero para ir a Vargas e invita Vanessa a acompañarlo. Imaginad os si la periodista se iba a perder aquella ocasión. Así el Presidente, la periodista y algunos funcionarios abordan el velívolo, llegan a Vargas y se trasladan en jeep cerca del barrio, teatro del delito, con un cierto número de soldados como escolta. Chávez se entrevista con los parientes y los amigos de las víctimas, los responsables son identificados y arrestados…”.
Más claro…
La revolución debería regresar a ser “REVOLUCIÓN” y separarse de los falsos revolucionarios, que minan desde adentro este hermoso proceso.
En Venezuela, todos los días, a las seis de la mañana, todavía hoy en día, escuchamos la música y las letras del Himno Nacional, cantado por El Comandante.
Muy a menudo, cuando escuchamos algo que conocimos de memoria, no hacemos caso al significado de lo que escuchamos.
El Himno empieza así:
“Gloria al bravo pueblo
que el yugo lanzó,
la ley respetando,
la virtud y honor.”
Luego de casi veinte años, cuantos son los revolucionarios que viven ¿“… la ley respetando, la virtud y honor”?
Todos los venezolanos, sin importar sus ideas políticas, sus creencias religiosas o sus colores de piel, deberían respetar a las leyes, mientras que las virtudes y el honor deberían ser incrustados en las conciencias de los hombres, siendo elementos indispensables a una convivencia civil.
“Moral y luces son nuestras primeras necesidades…”
Donde está la moral, cuando se bachaquea, cuando no se cumple con el propio deber, cuando se aprovecha esclavizando a los más débiles, cuando yo no cumplo porque todo el mundo hace lo mismo. Los delitos de los demás no justifican mis delitos.
Parece que Chávez pasó y ahora ¿qué hacemos?
¿Como se puede ayudar a Venezuela, si una parte significativa de su pueblo está destruyendo sistemáticamente todos los esfuerzos dignificantes de Chávez, con total impunidad?
Creo que es simplista decir que es solamente culpa de los escuálidos.
Deberíamos primero limpiar nuestras casas bolivarianas y luego impedir que la contrarrevolución la ensucie de nuevo o peor aún la destruyan.
Actuando como el avestruz, enterrando nuestra cabeza para no ver y no sentir, estamos haciendo el juego de la oposición, que en este momento no es simplemente agarrar el poder, sino destruir primero al chavismo. En aporrea.org se reporta un discurso de Elliot Abrams, antes el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Pueden leer todo el texto completo aquí. Mr. Abrams recalcó: “Nosotros, que somos los campeones de la democracia en el mundo, siempre hemos probado que el socialismo ha sido un fracaso en todos los lugares en donde ha tratado de imponerse, y por lo tanto no podemos permitir que en Venezuela eso sea la excepción. ¿Entonces vamos acaso a permitir que en Venezuela sea exitoso el socialismo, señores Representantes? ¿Pueden ustedes creer lo que eso provocaría en toda la región de América Latina?”.
Esta es la verdadera razón que empuja los gobiernos de los Estados Unidos a destruir a Venezuela.
Siendo la economía venezolana dependiente casi por completo del petróleo, los enemigos de la revolución bolivariana empezaron desde el comienzo de la Presidencia de Chávez, el boicot, el saboteo y la compra de conciencias de políticos y de los ejecutivos de PDVSA.
Controlar a PDVSA debería ser la tarea más importante, más importante aún de la defensa militar de la Nación.
¿Cuántos son los ejecutivos de PDVSA arrestados en estos últimos dos años?
En realidad, deberíamos hacer otras preguntas: ¿Por qué tantos ejecutivos de PDVSA acabaron en las cárceles? ¿Cómo pudieron delinquir por tanto tiempo, arrasando la Corporación, sin que nadie se dio cuenta del desastre? ¿Quién son los asesores del Sr. Presidente Nicolás Maduro? ¿Quién son los que controlan el mantenimiento mayor en PDVSA?
Para concluir, hago de nuevo esta pregunta:
¿Cuántos verdaderos revolucionarios existen hoy en día en PDVSA?
Mi piace:
Mi piace Caricamento…