Presidente Maduro: debate rectificador, hechos más que palabras

L'immagine può contenere: una o più persone e follapor Néstor Francia

“Necesitamos generar procesos con la experiencia que tenemos, para expandir las tendencias positivas del funcionamiento del poder popular y comunal, necesitamos pasar de la letra, de las palabras, a los hechos”

Nicolás Maduro, 16 de mayo de 2019

Yo creo que el presidente Maduro tiene claro el hecho, tan socorrido a lo largo de este proceso, de que hace falta una revolución dentro de la revolución. Lo que pasa es que eso no basta, si fuera fácil ya se habría hecho. Para empezar, él solo no puede. ¿Cuántos intentos fallidos encabezó Chávez en ese sentido? Voy a ayudar a que refresquemos la memoria, antes debo expresar mi preocupación por el escaso eco que ha tenido ese tema del “debate rectificador” en distintas instancias oficiales y políticas del chavismo, más allá de las asambleas donde se hizo diagnósticos y propuestas que existen desde hace tiempo, como demostraremos más adelante en este artículo.

El Presidente hizo varias alusiones y planteamientos importantes en torno al asunto en su intervención del pasado 16 de mayo en el “Jueves de Vivienda”. Revisé al menos cuatro primeras planas de diarios oficiales del día viernes 17 y en ninguna de ellas hay alguna referencia o llamado a esas puntualidades presidenciales (Correo del Orinoco, Ciudad CCS, Ciudad Valencia y Ciudad Maracay). Es posible que se le haya dedicado un espacio interior al tema, pero creo que una propuesta tan trascendente del Presidente de la República merecería estar entre los primeros issues informativos del país. No puedo opinar sobre el tratamiento que se le ha dado en canales y emisoras del Gobierno, ya que muy poco sintonizo los medios audiovisuales tradicionales. Soy como los muchachos de ahora, me informo y me entretengo básicamente por Internet. La temporada 8 de Game of Thrones la he visto por HBO Go, el streaming de esa cadena televisiva.

Ni en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional Constituyente del miércoles 15 ni en la reunión de la Comisión de Comunicación del jueves 16 de mayo se mencionó, ni siquiera de pasada, el asunto. En los varios grupos de Whatsapp de la Constituyente de los cuales formo parte el tema existe muy poco o nada ¿Será que se cree que con un debate de fin de semana fue suficiente? No es eso lo que pienso yo, lo cual no tiene mayor importancia, pero tampoco lo piensa así el presidente Maduro: “Hay que abrir dinámicas nuevas, que haya entusiasmo, contagiando de energía a las bases populares de todos los barrios, de todos los organismos, de todas las comunidades, redes, relación permanente (…) hay que generar nuevas dinámicas, por eso es que quiero encontrar el punto clave, para arrancar un poderoso proceso de reimpulso” (16/05/19).

Chávez también planteaba los debates rectificadores como un proceso permanente: “Rectificación como producto de la revisión. Es bueno siempre profundizar en el contenido de las palabras para que no se nos quede en una consigna; ¡No! es una actitud vital de todos los días, vamos a revisar todo (…) Como consecuencia de la revisión, determinaremos lo que está bien, lo que está mal, lo que se hizo, lo que no se hizo, y eso es un proceso” (Aló Presidente, programa No 299, 6 de enero de 2008)

Para mí, que ejercito de manera permanente el debate y la crítica, es muy gratificante que el Presidente conciba esta tarea bajo la figura de un plan: “Aristóbulo, Diosdado, que me escuchan, compañeros, les pido que hagamos un esfuerzo superior, porque yo quiero que el Plan Nacional de Cambio, Renovación, y Rectificación arranque lo más pronto posible, con una energía renovada y concreta para generar grandes cambios en el país, para combatir la burocracia, la indolencia, la corrupción, lo mal hecho” (16/05/19) ¿Será escuchado, será seguido? ¿Le daremos todos a la rectificación la misma y crucial trascendencia que le asigna el líder? Ojalá así sea, aunque confieso que me ataca la duda, por aquello de que quien fue picado de culebra, cuando ve bejuco se espanta. Es hora de recordar los intentos frustrados de Hugo Chávez.

No sé cuántos de los lectores recordarán aquello de los Cinco Motores que planteó Chávez. No se presentó como un plan de rectificación sino de reimpulso, pero para realizarlo se hubiera requerido cambiar muchas cosas. El gran líder instruyó la activación de lo que llamó los “Cinco Motores Constituyentes”: Ley Habilitante, Reforma Constitucional, Moral y Luces, Nueva Geometría del Poder y Explosión del Poder Popular. Y propuso reactivarlos después de la derrota de la propuesta de Reforma Constitucional de 2007., sus palabras no fueron precisamente halagadoras: “Los cinco motores hay que revisarlos. Pasaron a ser cuatro, el primero se fundió: el motor de la Reforma ¡Bueno, habrá que ponerlo en el taller! El segundo, la Habilitante, está en mínimo. Vamos a reactivar ese motor, porque nos quedan seis meses de Habilitante. El tercer motor, Moral y Luces, hay que repotenciarlo. Ese es un motor que debe ser permanente. El cuarto motor: la nueva Geometría del Poder, no pudo arrancar porque ese dependía de la Reforma. Ese motor está parado. El quinto motor: ¡Ah! ese sí ha venido funcionando. Pero tenemos que también revisarlo, rectificarlo y relanzarlo, es la Explosión del Poder Comunal (…) La visión que yo he tenido es que la explosión dependía de la Reforma, así que lo que va a ocurrir no es la explosión, es el incremento progresivo. Tenemos que agarrar un burro, cargar el motor que se fundió, revisar los otros y relanzarnos. Así lo digo con toda mi humildad” (Aló Presidente, programa No 299, 6 de enero de 2008).

Aquí hago un paréntesis para relatar una experiencia personal que puede ser útil en este momento. Cuando Chávez lanzó la propuesta de los Cinco Motores, siendo yo Asesor de PDVSA incorporado en la nómina mayor, presenté un proyecto para aplicar en la empresa el tercer motor, Moral y Luces. El proyecto no tuvo respaldo alguno de la Directiva, que tenía al frente al ahora autoproclamado precandidato presidencial Rafael Ramírez. Es más, ni siquiera hubo una respuesta que no fuera el silencio. Yo insistí, sin embargo, con la ayuda de un grupo de trabajadores revolucionarios de la Gerencia de Asuntos Públicos a la cual estaba adscrito. Pero las dificultades eran muchas, no contábamos con los locales ni los insumos para el estudio colectivo, que era el objetivo principal del proyecto, debíamos realizar las actividades fuera de los horarios de trabajo y hacerlo con las uñas. Nos mantuvimos un tiempo, con círculos, foros, cine-foros. Finalmente, cuando vimos que era difícil convocar al grueso de trabajadores debido a tales dificultades, terminamos por abortar el intento. Poco después, Ramírez designó como gerente de Asuntos Públicos a una persona de su “primer anillo”, un agente político suyo sin ninguna experiencia ni preparación vinculada a la comunicación ni a las relaciones institucionales, que eran las dos atribuciones básicas de esa Gerencia. Este nombramiento coincidió con una rebaja sustancial del presupuesto de la Gerencia. Yo, tratando de cumplir con mi trabajo, hablé con el nuevo ungido y le hice saber de mi larga experiencia en la industria publicitaria, que incluía haber trabajado con varias cuentas de bajo presupuesto. El señor no me llamó para nada y se guardó para sí el privilegio de meter la pata. Burocratismo, verticalismo, autoritarismo ejercido por quienes hoy pretenden dictar cátedra de “chavismo puro” ¿Qué podía hacer yo entonces, si Ramírez era una de las vacas sagradas del chavismo? ¿Burócratas al frente de la lucha contra el burocratismo? ¡Zamuro cuidando carne!

Ahora hablemos de otro intento rectificador de Chávez, las famosas 3R. Aquí le doy la palabra al comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela: “Seré pues autocrítico de la autocrítica, para que ésta no se convierta en una moda o una postura ‘políticamente correcta’ (…) Recuerdo con tristeza la ‘moda’ de las 3R. Moda de la autocrítica que ahora debe ser criticada. Moda que se vendió en todas sus salsas: 3R al cuadrado, etc. Me pregunto ¿En qué quedó? ¿Qué sentido tiene la autocrítica si sólo se hace cuando el Presidente la pone en el tapete? ¿En qué limbo se encontraba la autocrítica antes que Chávez la pronunciara de nuevo? (…) Una autocrítica sin reflexión, sin lectura, sin investigación, sin conocimiento de causa, se convierte, sin más, en una piñata a la cual todos quieren darle un palazo, para ver qué juguete le arrebatan a su ‘camarada’” (En “Mosca con la ‘moda’ de la autocrítica”, Aporrea.org, 22/10/2012).

Ciertamente, recuerdo que las 3R no pasaron de ser material para propaganda, para adornar avisos y vallas de entes oficiales, puro bla bla, palabras huecas que no condujeron a nada. Claro que eso no era lo que quería Chávez, pero lo dejamos solo en su intención de reimpulsar la Revolución.

En su intervención conocida como “Golpe de Timón”, el 20 de octubre de 2012, Chávez hizo importantes reflexiones, a la mayoría de las cuales no se les ha dado continuidad, al menos no con la fuerza y con la urgencia que ameritaban y ameritan. Precisamente, el gran líder dijo entonces: “La autocrítica es para rectifcar, no para seguirla haciéndola en el vacío, o lanzándola al vacío. Es para actuar ya, señores ministros, señoras ministras”.

Chávez también planteaba allí la necesidad de la crítica como un ejercicio permanente: “Véanse las caras, véanse los ojos en el espejo cada vez que .vayan al baño o a donde haya un espejo. Yo de primero”. Y para nada recomendaba la conducta complaciente o acrítica: “Triste es que nos quedemos callados, para que no me llamen piedrero. Aquí no estamos de niños de segundo grado ni de la escuelita primaria, este es el Gobierno revolucionario de Venezuela, ratificado por un pueblo hace dos semanas, pero también muy criticado por un pueblo, y con razones”.

Más adelante veremos que esta función crítica del pueblo hacia la Revolución estuvo allí desde el principio, y con el mismo tipo de críticas que hemos escuchado ahora, muy poco ha cambiado en ese sentido, por eso la angustia de Chávez cuando hablaba de la crítica “en el vacío”. Debemos concluir que los procesos de crítica, alentados por Chávez y ahora por Maduro, han sido manifestaciones de uno de los problemas que señala el diagnóstico: ineficiencia.

También planteó Chávez en el Golpe de Timón un asunto nuclear del proceso revolucionario que merece más esfuerzo y decisión para culminar su realización, en la cual se ha avanzado pero de manera aún insuficiente, el tema del empoderamiento popular: “El patrón de medición -dice Meszaros- de los logros socialistas es: hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modelo sustancialmente democrático de control social y autogestión general”. Esto tiene que ver con un asunto crucial de la Revolución: la transformación profunda, radical del Estado. Mientras no se generalice el control social y la autogestión general, no será posible derrotar ni el burocratismo ni la corrupción. En ese terreno se aplica la máxima, no siempre bien utilizada, de que solo el pueblo salva al pueblo. Sería injusto decir que no se ha hecho nada en ese sentido, pero no podemos darnos por satisfechos, porque en ello va la vida de lo que estamos tratando de alcanzar.

Creo llegada la hora de un salto cualitativo en la construcción del Poder Popular. No el poder de un partido o de una vanguardia, numerosa, fuerte, pero minoritaria. El poder de todo el pueblo, el rescate para la revolución socialista de la consigna del primer gran intento histórico: “¡Todo el poder a los soviets!” Todo el poder a los consejos comunales, todo el poder a las comunas, todo el poder a las comunidades, todo el poder al pueblo trabajador, que la representación, siempre necesaria en alguna medida, sea manifestación real del poder de base.

¿Cuánto hemos avanzado en el protagonismo popular? ¿Por qué no nos paseamos, solo como un ejercicio, por la posibilidad de que más bien, a partir de cierto momento, hayamos retrocedido? ¿Qué decía Chávez de la forma en que se escogían los candidatos para los cargos públicos?: “Yo lo dije hace varios años, lo ratifico, me niego a que se repita lo que se pasó muchas veces, que al final llegaban a mi Despacho con una lista: ‘Presidente aquí está, estos cuatro ¿cuál es? Escoja usted’ No, me niego. Las candidaturas deben venir como producto de las decisiones de las bases populares y no como producto de reuniones en conciliábulos, acuerdos de un partido con el otro y al final entonces el dedo de Chávez ¡Y el hombro de Chávez pa’ echarse encima a veces más de un bacalao! ¡No! necesitamos liderazgo” (Aló Presidente, programa No 299, 6 de enero de 2008).

Ciertamente en la elección de los constituyentes las bases jugaron un papel relativamente relevante, pero después se volvió al método del dedo para las elecciones de alcaldes y concejales. Se esgrimirá razones, por supuesto, pero dejamos asentado aquí lo que pensaba Chávez del asunto, como contribución al debate.

Hay una medida que en mi caso particular me es útil para considerar el poco efecto práctico que tuvo aquella intervención de Chávez sobre el Golpe de Timón. Oído al tambor: “Veo algunos programas de nuestro canal, el canal de todos los venezolanos, y seguimos aferrados a aquello que ya pasó, incluso dándoles vocería a quienes no tienen nada que decirle al país, poniendo videos, que esta persona dijo tal cosa ¿Será eso lo más importante en este momento? (…) ¿Por qué no hacer programas con los trabajadores?

Donde salga la autocrítica, no le tengamos miedo a la crítica ni a la autocrítica. Eso nos alimenta, nos hace falta”. Han pasado casi siete años desde aquellas palabras ¿Ha habido algún cambio significativo en los medios del Estado? Pasa todo lo contrario, el pensamiento crítico es excluido, vetado, considerado peligroso y hasta contrarrevolucionario. A veces pienso con mucho dolor que Chávez se nos fue en un momento en el que su brillo, su inteligencia, su creatividad estaban en plena ebullición, este hombre que nunca dejó de crecer, de cuestionarse y avanzar. ¡Cuánta falta nos hace! pero ni modo, hay que seguir remando, sin olvidar su impronta, su pensamiento, evocarlo cada día. Se equivocó más de una vez, es verdad ¿Quién no? Pero en la balanza de la Historia, el peso de sus aciertos inclina el platillo amplia y claramente hacia el lado positivo

Llegamos pues, a otro escalón en los caminos de la crítica y la autocrítica. Con motivo del Congreso Extraordinario del PSUV que se realizó en 2015, se habló otra vez de las 3R al “cuadrado”, a pesar de que no se había resuelto la ecuación de las simples 3R que propuso Chávez. En ese momento escribió Adán Chávez: “No es momento de perder tiempo. Donde tengamos que hacernos la autocrítica más profunda, la haremos a fondo para reactivar las 3R al cuadrado” ¿Otra vez? Muy bien, que así sea, volvamos siempre al intento, pero hay que darle continuidad, no se trata de cambiarle el nombre a lo mismo una y otra vez. Ya el concepto de las “3R al cuadrado” parece haber salido de nuestro léxico, ahora entramos al “Debate rectificador”, sin haber evaluado en profundidad que pasó con los Cinco Motores, con las 3R, con el Golpe de Timón, con las 3R al cuadrado.

Okey, dejemos esos intentos fallidos a un lado, veamos hacia adelante, Pero tratemos que esta vez no terminemos con las manos vacías. Adelante, Presidente, al final de este artículo le voy a hacer, con todo respeto, una recomendación al respecto.

En cuanto a las 3R al cuadrado, todavía tengo algo que decir. El asunto se planteó como la “Repolarización, Repolitización y Reunificación”. Creo que uno debe intentar agudeza, no conformarse con lo primero que le llega a los sentidos. Venezuela no necesitaba entonces ni necesita ahora ninguna “repolarización”. El concepto de “polarización” es una invención de los enemigos de la Nación. Es una creación mediática, surgida en los inicios de la Revolución Bolivariana para impulsar, por medio de la manipulación clasista, primero la polarización política y a partir de allí la polarización social. No había entonces ninguna polarización, sino una clara mayoría chavista frente a una clara minoría opositora (de allí el término “escuálidos” que acuñó Chávez). A partir de la ficción de un país polarizado, la derecha se rodó paulatinamente hacia la idea de que era la mayoría, y en eso se fundamentó para el golpe de Estado de 2002. A decir verdad, Venezuela requiere de una despolarización, para alcanzar una situación de estabilidad, el punto de no retorno.

¿Pero cómo? ¿Cediendo a las presiones del imperialismo y la oligarquía? ¿Torciendo el rumbo estratégico señalado por Chávez? No, y aquí volvemos al mismo punto:
potenciando el Poder Popular, recuperando el favor activo de la mayoría, reformulando el sentido de pertenencia social, Hemos resistido con éxito el embate criminal, es verdad, pero nos toca rectificar para hacernos invulnerables.

Una condición sine qua non para despolarizar el país es la derrota del sectarismo.
Volvamos a Chávez: “Una de las cosas que tenemos que revisar para hacerle la guerra al sectarismo y al extremismo, es que algunos quieren ser más papistas que el Papa (…) Tenemos que abrirnos (…) Hay que revisar la teoría y revisar la praxis para construir el nuevo bloque histórico, es la sumatoria de distintos sectores políticos, sociales, religiosos” (02/12/2007)

Ahora bien ¿son nuevos estos debates y estas críticas? Claro que no, han estado siempre allí, desde el principio de la Revolución Bolivariana. Añoro aquellos tiempos del comienzo de este proceso, aquella lozanía, aquella creatividad. Véase el siguiente texto, de agosto de 2002, parte de la “Declaración política previa al Encuentro Nacional de Organizaciones Populares: El movimiento popular venezolano y el momento político”, publicada por la comisión organizadora del evento: “En este proceso de incertidumbre que vivimos, nacen y mueren constantemente líderes y organizaciones. En este momento crucial del desarrollo social, donde cientos y cientos de acontecimientos políticos se suceden unos tras otros, nos encontramos todos nosotros. Transitamos la incertidumbre, muchos están atemorizados porque desconocen que el caos, en nuestro caso, no es otra cosa que el desorden del orden caduco y el desarrollo del nuevo orden, también es una de las formas que presenta la vida a través del movimiento social. Tenemos que aprender a vivir en el caos, hasta que resolvamos las contradicciones que conducirán a un estado de mayor tranquilidad y estabilidad”. Pensamiento original, nada de dogmas ni de frases hechas, fuente de la que hoy deberíamos alimentarnos, la sabiduría de la duda, el reconocimiento de la incertidumbre y del caos como signos y valores positivos de esta convulsionada época.

En aquel momento, el movimiento popular ya hacía un diagnóstico que nos enseña que no estamos descubriendo el café con leche, aunque es bueno que volvamos una y otra vez sobre lo mismo, que lo repitamos “como campana”, como decía Chávez. Veamos esta brillante perla, contenida en la “Carta al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías, del Movimiento Popular Venezolano representado en las organizaciones abajo firmantes, publicada en el periódico Proceso en mayo de 2002 y firmada por las siguientes organizaciones: Periódico Proceso, Coordinadora Popular de Caracas, Colectivos de Vargas, Asamblea de Comités de Barrio en Área Metropolitana, UTOPIA UCV, Recrea (Parroquia El Recreo), SOLPARIA (Edo. Sucre), Colectivos del 23 de Enero, Radio Perola, Proyecto Educativo Nacional (PEN), Frente Revolucionario Petrolero, Alianza Popular Bolivariana (Maracaibo), Taller Crisol (23 de Enero), Grupo Promotor El Valle, CDC El Carmen, Movimiento Popular Bolivariano, Comité Alí Primera UCV, Círculo Bolivariano El Junquito, Círculo Bolivariano Alberto Carregal de El Cafetal, Círculo Bolivariano de Petare, Vea y Lea La Pastora, La Nueva Vecindad, Proyecto Jirajara (Yaracuy)”: “Exigimos que el Ejecutivo Nacional y las diferentes instituciones del Estado demuestren mayor eficiencia en la ejecución de los planes, combatan firmemente y sin concesiones las prácticas clientelares y burocráticas, y permitan la creación de canales de control directo de las comunidades en la elaboración y ejecución de esos planes (…) Debemos impulsar de manera decisiva la reactivación del proceso constituyente paralizado y secuestrado por la cúpula miquilenista. Es necesario empezar la transformación de la estructura del Estado central y descentralizado para que tenga correspondencia con la nueva sociedad que empezamos a construir y que apenas prefiguramos en la Constitución Bolivariana”.

El Movimiento Popular no hacía sino aplicar las ideas que Chávez había propuesto en los inicios de su primer período de Gobierno: “No perdamos de vista eso, cuidado con la burocratización de los cargos, cuidado con el gustito a la silla, a la comodidad del aire acondicionado, y los grandes espacios y el protocolo. Rompamos todo eso, que no nos encadene todo eso porque nos estaríamos encadenando al fracaso, lo vuelvo a repetir, lo vuelvo a alertar, lo vuelvo a tocar como campana” (Hugo Chávez, Discurso ante la Asamblea Nacional del Presidente Electo para el período 2001-2007).

Para Chávez ya estaba claro que la superación del burocratismo sería consecuencia de la expansión del Poder Popular, y no lo concebía como un jardín de rosas ni un proceso libre de contradicciones. Apuntando a los dirigentes burocratizados, afirmaba: “En la medida en que la mayoría de la comunidad esté participando, esos líderes o dirigentes se verán obligados a cambiar o serán rechazados” (En el libro de Marta Harnecker “Hugo Chávez, un hombre, un pueblo, 2002)

Hay una frase de Chávez muy significativa, pronunciada en el acto de juramentación para el período presidencial 2001-2007, tras la legitimación de los poderes públicos decretada por la Asamblea Nacional Constituyente de 1999: “Entendamos que nosotros, los representantes del pueblo jamás, pero jamás de los jamases, podemos pretender sustituir a la masa, al colectivo, al dueño, al soberano que nos eligió, ellos son los dueños del poder.

Esa es una concepción básica de la revolución bolivariana” ¿Cuántos lo entienden así realmente? Falta mucho para que esta “concepción básica” se convierta en dominante. Ya en su primer año de Gobierno, antes inclusive de la Constituyente de 1999, Chávez comprendía con claridad meridiana la necesidad de la transformación del Estado heredado: “Sin una transformación a fondo de las estructuras del Estado y del sistema político venezolano, no hay posibilidades de impulsar un proceso realmente productivo de desarrollo económico y social” (29 de abril de 1999, Acto de juramentación de la Junta Directiva de Fedeagro). Y en la misma comparecencia: “El Estado está desarticulado. Yo soy el Jefe de Estado, pero ¿de cuál Estado soy jefe? De un Estado desarticulado, un Estado con un motor fundido, como cuando al tractor se le funde el motor”. Sus ideas evolucionarían hacia la concepción del Estado Comunal, hoy todavía un desiderátum.

Ciertamente la organización y la participación del pueblo ha venido creciendo, pero no sus atribuciones. La mayor participación no se ha transformado en mayor protagonismo en relación con la gestión del Estado. El empoderamiento popular se lo planteó Chávez, después de su victoria de 2012, como una tarea urgente, cuando nos transmitió una de sus principales instrucciones postreras: ¡Comuna o nada!

Voy a cerrar este “derecho de palabra” (podré pedirla de nuevo, esto es un debate) con la recomendación que le ofrecí al presidente Maduro. Presidente, no se ponga a esperar por los demás. Yo sé que es usted un hombre de pensamiento democrático y partidario del diálogo. Pero si quiere realmente que este debate rectificador coja camino irreversible, déjese de vainas y actúe de manera ejecutiva, por decreto. Por ejemplo, convoque ya mismo a la conformación obligatoria de los Consejos de Trabajadores en todos los entes públicos, en ministerios, gobernaciones, alcaldías, institutos, empresas del Estado, ponga plazos perentorios para ello, acaso un par de meses, defina las atribuciones de esa figura, que no es sindicato. Que tengan el poder de participar en fijación de políticas, elaboración de proyectos, planes y presupuestos, que ejerzan la Contraloría Social, con acceso a toda la información que requieran sobre cualquier tema, que se impongan al Estado burocrático con la venia y promoción de la autoridad y el poder que le confieren a usted su liderazgo como Presidente de la República, del PSUV y líder innegable del chavismo. Dé una señal, aunque sea una, asome un gesto que le diga al pueblo que esta vez sí va, revolución en la revolución. Todo el poder para los trabajadores, para la clase obrera, con dirección, con organización, y también con audacia y coraje político.

A quien pueda interesar: mi propuesta comunicacional

por Néstor Francia

Dado que se ha convocado un debate rectificador de la Revolución Bolivariana, voy ahora a continuar en ese ejercicio en el cual tengo ya unos quince años, con poco o ningún éxito. Como estoy consciente de mi “falta de ignorancia”, como decía Cantinflas, voy a concentrarme en mi área profesional: la comunicación.

Debo hablar de mí para establecer algunas premisas. No cursé la carrera de periodismo, soy graduado en Letras, aunque tengo al menos cuatro décadas trabajando en el área de comunicación, habiendo estudiado 25 años en una escuela ruda y muy aleccionadora: la industria publicitaria capitalista, como creativo de pequeñas agencias en primer lugar, en grandes agencias a la larga. Entre ellas la que fuera la más grande agencia de publicidad de Venezuela, la desaparecida Corpa, filial de una de las más importantes agencias del mundo, Ogilvy & Mather, cuyo principal accionista fue el fallecido David Ogilvy, para muchos el más grande publicista del siglo XX, quien se encumbró, al uso capitalista, desde ser un sencillo encuestador callejero de Gallup hasta poseer un castillete en Francia. Ese fue uno de mis maestros fundamentales de aquella época, a través sobre todo de sus dos libros más célebres, “Confesiones de un publicitario” y “Ogilvy y la publicidad”.

La principal diferencia de Ogilvy & Mather con otras agencias es su concepción científica del negocio. Muchos creen que la publicidad (y la comunicación en general) depende de grandes ideas y genialidades creativas. La creatividad es absolutamente necesaria, pero es una actividad subsidiaria de los dos pilares fundamentales para vender un producto, un servicio o una idea: la investigación del producto y del mercado, y el establecimiento de una estrategia. Ambas cosas, lo he dicho más de una vez, casi siempre han fallado en el Gobierno y en la Revolución Bolivariana.

La investigación es necesaria en todos los campos del trabajo humano. El gran líder chino Mao Tse Tung afirmaba: “…toda persona que se encargue de un trabajo práctico debe investigar las condiciones en la base. Semejante investigación se hace especialmente necesaria para quienes tienen sólo conocimientos teóricos y no se hallan al corriente de las condiciones reales; sin hacerla, no podrán vincular la teoría con la práctica. Quien no ha investigado no tiene derecho a opinar. Aunque esta afirmación ha sido ridiculizada como ‘empirismo estrecho’ no me arrepiento de haberla hecho; al contrario, sigo insistiendo en que sin haber investigado nadie puede tener derecho a opinar” (en “Contra el culto a los libros”).

En cuanto a la estrategia, aunque se aplica en muy variados campos de la actividad humana, su principal fuente es el lenguaje militar. De hecho, cuando se consulta el Diccionario de la Real Academia Española, la primera acepción del término que se presenta es “Arte de dirigir las operaciones militares”. También hay allí una acepción atribuida a las matemáticas: “En un proceso regulable, conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento”.

En el campo militar, es muy claro el concepto de estrategia. Se refiere al planeamiento y dirección de las campañas bélicas, así como del movimiento y disposición estratégica de las fuerzas armadas. Carl von Clausewitz la define como “el empleo de las batallas para conseguir el fin de la guerra”, y Sun Tzu, en “El arte de la guerra”, refiriéndose a la estrategia: “El general debe estar seguro de poder explotar la situación en su provecho, según lo exijan las circunstancias”.

Un ejemplo de estrategia militar: se debe tener un objetivo preciso; tomar una colina, por ejemplo. Conocer las fuerzas y posiciones del enemigo. También hay que platearse objetivos tácticos que conduzcan al logro del objetivo estratégico: atacar el flanco derecho de la infantería enemiga, destruir determinadas unidades de artillería, copar un puente. Hay que planificar la disposición de las fuerzas propias en el campo de batalla y las acciones que han de realizar: avances por tierra por aquí, bombardeos aéreos allá, ataques de tanques acullá. Si no se conoce las características y la disposición del enemigo, ni se tiene una estrategia clara y sólidamente establecida, el destino de los ejércitos estaría en las impredecibles manos de Dios.

Todas estas ideas aquí expuestas son perfectamente aplicables en el terreno de la comunicación masiva. Es más, creo que sin investigación ni estrategia, carencias que han privado hasta ahora entre nosotros, nunca tendremos una comunicación revolucionaria que refuerce el apoyo popular, muy mermado desde que Chávez disfrutó de más del 60% de popularidad. Es cierto que la vanguardia social de la Revolución es numerosa, consciente, decidida, valiente y movilizada, pero aun así es minoritaria con respecto al total de habitantes del país (alrededor del 30%, según estudios de firmas como Hinterlaces y Datanalisis, y de grupos de estudio chavistas a los cuales tengo acceso). Es la consecuencia de tener una comunicación dirigida exclusivamente a los convencidos, la cual es muy eficiente para mantener una vanguardia poderosa, pero insuficiente para atraer nuevos apoyos, lo que es imprescindible a fin de dar estabilidad política al país y alcanzar lo que Chávez llamó el “punto de no retorno”. Al no tener una estrategia comunicacional bien estructurada, carecemos de una segmentación de audiencias, que nos permita diversificar los mensajes, y abusamos del discurso plano y repetitivo de hoy día.

No voy a pontificar planteando yo mismo los detalles de una estrategia, no me corresponde, pero estoy dispuesto a ayudar en su construcción, si así se me solicita. Eso sí, entre comunicadores, profesionales y/o populares, y no en asambleas generales. Por lo pronto, cumpliré con asomar algunas premisas que propongo.

1) Hay que darle importancia cimera a los equipos de investigación estratégica, realizar
encuestas científicas con preguntas certeras que no prefiguren las respuestas, focus groups, salas situacionales con intenciones de acceder a la verdad y no a las conclusiones “convenientes”. Esto debe incluir el escrutinio descarnado del lenguaje, los símbolos, las imágenes, los posicionamientos y en general el discurso del Gobierno y del movimiento revolucionario

2) Establecer grandes objetivos estratégicos y objetivos tácticos claramente delineados. Evitar en este sentido consideraciones dogmáticas y simples repeticiones de las estrategias generales: no es el Plan de la Patria, es un plan comunicacional que contribuya al logro de los objetivos estratégicos del Plan de la Patria.

3) Desechar la improvisación y la comunicación reactiva. Favorecer la planificación detallada y la comunicación proactiva y propositiva

4) Definir las diferentes audiencias, y construir discursos y mensajes particulares para cada una de ellas, segmentar el discurso, adaptándolo a los usos, gustos, hábitos, rutinas, costumbres, prejuicios y otros condicionantes culturales de cada segmento de la audiencia. Ese es el principio general de la exitosa técnica del Big Data

5) Planificar detalladamente el uso de los distintos medios tradicionales y no tradicionales, de acuerdo a la segmentación de las audiencias y apuntando a la combinación adecuada de las diferentes manifestaciones mediáticas, y al efecto acumulativo de la acción comunicacional

6) Adentrarse en las posibilidades creativas de la comunicación, renovando los modelos, apelando tanto a la razón como a la emoción, calculando sin ataduras ni dogmas las dosis de expresión comunicacional apuntando a transformaciones psicológicas y culturales en las mentes de los receptores

7) Establecer como norma la realización de evaluaciones temporales y científicas de los efectos alcanzados (o no alcanzados) por la comunicación, sin temor a la posibilidad de cambios de rumbo, golpes de timón o adaptaciones tácticas y/o estratégicas

OK, basta por ahora.

Elías, hace tiempo que ventea

L'immagine può contenere: una o più persone, folla, testo e spazio all'apertopor Néstor Francia

He leído en Aporrea.org una interesante crónica escrita por el camarada Elías Jaua intitulada “Me gusta cuando ventea”, en el que el dirigente socialista reporta una serie de críticas que escuchó en alguna de las asambleas convocadas para el llamado “debate rectificador” (ojalá que llegue a merecer ese nombre y no sea solo un saludo a la bandera).

No necesito que se me convoque a debatir, porque es algo que he hecho toda la vida. La única vez que compré automóvil se lo entregué a mi ex mujer, nunca lo conduje. Soy un peatón profesional, un tipo de la calle, que he andado siempre entre las esquinas, los botiquines, los mercados, el metro, los buses y los “por puestos”, lugares donde el debate sobre todos los tópicos es permanente, incluidos los políticos, por supuesto.

Fui un galán político de las televisoras estatales, como Mario, Pérez Pirela, los Robertos, y muchos chavistas me reconocen en la calle, y en general se me acercan y me tratan con afecto aunque no estén necesariamente de acuerdo conmigo. Tipos del perraje callejero, como yo. Con ellos siempre converso, casi a diario, si el tiempo me lo permite. Todas las críticas e ideas que percibió Elías en la asamblea y transcribió para nosotros tengo años escuchándolas, y yo mismo he escrito decenas de artículos, desde hace más de una década, señalando casi todas ellas: la limitación de los espacios del Poder Popular, la corrupción, burocratización y autoritarismo de muchas instituciones del Estado, la aspiración de que se hable con la verdad, el sectarismo, la exclusión, la necesidad de transferir poder al pueblo e incluirlo más ampliamente en la administración del Estado y en el proceso productivo, la ineficiencia e indolencia en la gestión de algunos servicios públicos.

Por supuesto, estos críticos callejeros que he referido no son escuálidos ni traidores, son leales a la Patria y a la Revolución. Pasa que en general los jalabolas (aduladores, para el lector foráneo) y los conformistas no son leales a la Revolución sino a sí mismos. Algunos son simplemente cortos de mira, de todo hay en la viña del señor, pero la mayoría buscan privilegios. Unos quieren real y posesiones, y otros aspiran a otra suerte de prebendas menos notables: cargos, carantoñas del poder, viajes, figuración pública (que le pongan a menudo la “balita” en los canales del Estado). Son los mismos que suelen blandir lanzas contra el pensamiento crítico en nombre de la “lealtad”.

El debate y la crítica no deberían ser la excepción, sino la regla, una actividad cotidiana sin necesidad de que sea convocada. El debate siempre ha sido el principal acicate de la creatividad humana. El jalabolismo y el conformismo nunca han producido nada nuevo, ya que son conductas conservadoras y reaccionarias. Al fin y al cabo, el debate es inevitable en la sociedad, pierden su tiempo quienes pretenden estigmatizarlo, la gente ha sido, es y será crítica, gracias a Dios.

Me parece bien que el debate se haya puesto de moda la semana pasada, pero esto no puede ser una actividad de fin de semana, como si de ir a la playa se tratara. La lucha contra los errores e imperfecciones de la Revolución es precisamente eso, una lucha, y no va a ser fácil ni rápido erradicar las rémoras, se necesitará mucha constancia, persistencia, irreverencia y ejercicio crítico permanente. Los practicantes del burocratismo y la indolencia van a usar las parcelas de poder que detentan para evitar los cambios, abierta o veladamente. Por otra parte, estoy seguro de que los jalabolas y los conformistas estuvieron entre los primeros chicharrones que se presentaron a las sesiones de debate y unos cuantos de ellos aparecerán en los selfies y registros fotográficos de la actividad que abundan en las redes digitales del chavismo.

Este artículo lo escribo como reflejo de mi terquedad. He llevado palo parejo a través de distintas vías por inconforme y criticón, y por la misma razón sufro exclusiones diversas y vetos en algunos medios del Estado, así que aprovecho cualquier ventanita que se abre para asomarme y pegar un par de lecos.

NOTA: el siguiente es el link del artículo de Jaua citado

(VIDEO) Venezuela: ¿Masacre en la frontera?

por Néstor Francia

El círculo se cierra, la operación tenaza está preparada. En un artículo que publiqué en Aporrea.org y en redes digitales el 10 de septiembre del año pasado, negaba la inminencia de una intervención militar en Venezuela (“¿Intervención militar en Venezuela? ¡No por ahora!”), sin embargo lo cerré acotando: “Como me gusta decir, en política no hay nada escrito, así que cuando planteamos la improbabilidad inmediata de una intervención armada en Venezuela, nos referimos al escenario que prevalece hoy… Pero de todas formas, de cualquier malla sale un ratón, así que hacemos bien en dormir con un ojo abierto y otro cerrado, pero es casi seguro que este año pasemos una Navidad en sana paz ¿Y después? ¡Vamos a ver pa’ ver!”. Pues bien, tuve razón, pero el escenario ha cambiado y ahora, dolorosamente, tengo el barrunto de que tal intervención armada imperialista está cada vez más cerca.

Dos hechos se suman a las consideraciones que adelanté en mi artículo del 13 de febrero pasado, publicado igualmente en el portal Aporrea y en otros como Costa del Sol y ALBAinformazione, y además en redes digitales (“Allá por la frontera”). Se ha establecido un nuevo “centro de acopio de la ayuda humanitaria” en Curazao, uno de los filones de la “operación tenazas”. Lo otro es que parece estar armado el detonante de lo que podría devenir en una masacre que sería el justificativo para la acción armada: el multimillonario británico Sir Richard Branson ha promovido un concierto en la frontera de Colombia con Venezuela, al ladito del paso de Puente Tienditas, a solicitud de Iván Duque y Juan Guaidó, con la supuesta intención de presionar al gobierno del presidente Nicolás Maduro para que permita el ingreso de “ayuda humanitaria”. El concierto se realizará el 22 de febrero -la víspera del “sí o sí” del anunciado ingreso de tal “ayuda”- y se ha confirmado la presencia de una pléyade de millonarios forjados en los terrenos de la publicidad farandulera: Ricardo Montaner, Alejandro Sanz, Carlos Vives, Luis Fonsi, Fonseca, Juanes, Nacho, Mau y Ricky,
Anitta y Rudy Mancuso. Se habla de que estarán otros, como Juan Luis Guerra.

El concierto de los traidores está programado a las 3 de la tarde. A esa hora es la cita, lo que hace suponer que empezaría no antes de las 5 y se prolongaría hasta altas horas de la noche, dada la cantidad de participantes. No dude nadie que entre los asistentes habrá infiltrados, probablemente paramilitares y soldados y/o efectivos de seguridad colombianos ataviados de civil y confundidos en la multitud, seguramente armados ¿Acaso se hará el intento de provocar la formación de un escudo humano para tratar de forzar la entrada de la “ayuda humanitaria”? En ese caso, es claro que la FANB no permitiría la entrada forzada de nadie a nuestro territorio. No importa si se usa métodos disuasivos de represión, los infiltrados se encargarán de poner los muertos. Imagínese el lector: un concierto de “paz y amor”, “caritativo”, “solidario”, transmitido a millones en directo por TV y redes digitales, y reprimido a sangre y fuego por una “dictadura brutal” que impide que llegue ayuda a su pueblo. No puede haber mejor pretexto para actuar por las armas ¡Remember el 11 de abril de 2002! Aquello sería un juego de niños comparado con esto.

Por supuesto, no estamos diciendo que es lo que fatalmente va a suceder, pero quien fue picado de culebra, al ver bejuco se espanta, como decimos en Venezuela.

Pero no es todo. Otros elementos concurren a nuestras sospechas. En un artículo publicado en el diario Washington Examiner firmado por Tom Rogan, experto en temas militares, el periodista asegura que Estados Unidos ha desplegado dos de sus portaaviones hacia puertos estratégicos desde donde podrían alcanzar aguas caribeñas en una semana: “Los buques de la Armada de los EEUU que operan actualmente desde su puerto de origen en San Diego, en el Pacífico oriental, se encuentran a 5-7 días de navegación de aguas colombianas ubicadas a poco más de 400 millas de la frontera con Venezuela, dentro del rango de fácil alcance de la artillería aérea”. Entre los navíos preparados están el portaaviones USS Theodore Roosevelt y el navío de desembarco anfibio USS Boxer, que lleva a bordo la 11° Unidad Expedicionaria de Marines (MEU), una de las siete MEU con las que cuenta el ejército de Estados Unidos. Esta unidad de marines tiene aproximadamente 2.000 hombres (un batallón de infantería) y cuenta, entre otros equipamientos, con un pelotón de tanques, helicópteros de ataque y transporte, y el apoyo de aviones de combate (Cazas Harrier y/o F-35). Afirma Rogan que “El propósito expreso de una MEU es ofrecer una rápida capacidad de despliegue militar… exactamente el tipo de unidad militar que encajaría en misiones de defensa de intereses colombianos y estadounidense a lo largo de la frontera con Venezuela”, y agrega que “Por si fuera poco, el portaaviones USS Abraham Lincoln está ‘casualmente’ en las costas de Florida ejecutando ejercicios militares de rutina, pero podría ser llamado en caso de necesidad y trasladarse al puerto de Cartagena en cuestión de días”. Cabe recordar que hace apenas unas semanas el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, visitó Colombia, Brasil y Curazao, territorios fronterizos con Venezuela, donde se han instalado o se instalarán puestos de recepción de “ayuda humanitaria”.

La diferencia del gobierno de Salvador Allende y pueblo de Venezuela Es que Allende se negó a armar al pueblo. En Venezuela hasta la abuela y las Mujeres del Pueblo sabe disparar un AK47 y no va a vacilar ni un segundo en usarlo contra cualquier enemigo extranjero #NosotrosVenceremos

Pero aun hay más. Mediante una declaración pública, la Cancillería de Cuba denunció que “entre el 6 y el 10 de febrero de 2019, se han realizado vuelos de aviones de transporte militar hacia el Aeropuerto Rafael Miranda de Puerto Rico, la Base Aérea de San Isidro, en República Dominicana y hacia otras islas del Caribe estratégicamente ubicadas”. El movimiento de tropas estadounidenses se suma al de la Marina Real británica, que se encuentra apostado en la isla de Curazao, a 80 kilómetros de las costas de Venezuela. ¿Es el concierto de los traidores la ocasión del falso positivo que prevé el revolucionario Freddy Bernal, protector del fronterizo estado Táchira? ¿Toda esa movilización de recursos, tropas, armamento y payasos que animarán el circo es solo para hacer bulla? Esto último cuesta creerlo.

Cierro con el texto de un mensaje de Whatsapp que envié a los grupos en que participo: “Se está cerrando la operación tenazas sobre Venezuela, foco principal del conflicto geopolítico mundial. Creo, y lo digo con dolor y deseando con toda mi alma equivocarme, que se aproxima la intervención armada contra nuestra Patria. A prepararnos mentalmente para el dolor de la guerra, para la guerra popular prolongada, para la resistencia, para la definición individual y colectiva, Que Dios nos bendiga a todos ¡Luchar hasta vencer!
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Laggiù al confine

L'immagine può contenere: 16 persone, persone che sorridono, folla e spazio all'apertopor Néstor Francia

Mi perdoni il lettore se faccio una pausa nella pausa che ho preso per dedicarmi a questioni letterarie e personali che richiedono la mia completa attenzione. Interrompo il mio ritiro temporaneo perché il nostro sacro suolo e il nostro amato popolo sono in pericolo e, come dice l’utilissima massima bolivariana, “quando il clarino della Patria chiama, persino il pianto della madre si zittisce”.

Ho pensato che il 12 febbraio gli oppositori avrebbero riproposto le guarimbas. Mi sbagliavo, la cosa non mi rallegra del tutto. Abbiamo avuto a che fare con le guarimbas e l’unico risultato che hanno ottenuto è stato il fallimento dell’imperialismo e della destra creola. Ora penso che il piano sia molto più macabro ed elaborato, e tutto indica che avrà il suo epicentro ai confini. Non possiamo stabilire con certezza quale sarà lo sviluppo dell’aggressione alle frontiere, possiamo solo immaginare degli scenari.

Sicuramente i mass media e l’accanimento politico sulla questione degli “aiuti umanitari” potrebbero essere la chiave di volta di ciò che verrà. Juan Guaidó ha annunciato che il 23 febbraio “l’aiuto umanitario” entrerà sicuramente in Venezuela. In tal caso, ci troveremo di fronte ad una data cruciale in questo attacco imperialista alla nostra Patria. I nemici si stanno preparando per questo. Hanno creato due “centri di raccolta”, uno a Cúcuta e l’altro a Roraima. Si parla di migliaia di volontari reclutati per aiutare a distribuire gli “aiuti”. L’autoproclamato spauracchio, Guaidò, ha detto, in tono di sfida, che tale “aiuto” entrerà nel paese “sì o sì”. La canea mediatica ha fatto della questione degli “aiuti umanitari” la portata principale del suo pasto quotidiano; l’imperialismo e i suoi alleati, in questi giorni, innalzano questo tema come un vessillo.

Tutto sembra essere pronto: i quartieri generali frontalieri in Colombia e Brasile, i civili che serviranno da carne da cannone, lo spirito di provocazione, l’allestimento del palcoscenico virtuale che giustificherà ogni possibile iniziativa. Freddy Bernal, il rivoluzionario che protegge il Táchira, ha detto che alle frontiere si sta preparando un falso positivo. Avrà ragione? I fatti rendono credibile una siffatta congettura.

Sulla scorta dell’esperienza storica dell’imperialismo, con ogni probabilità l’intenzione è quella di generare atti di violenza ai confini, per poi passare ad azioni militari indirette (con forze irregolari, paramilitari, mercenari, alcuni camuffati come soldati della FANB), stabilire una testa di ponte, ad esempio nel Táchira, e lì impiantare un “governo provvisorio”.

È opportuno qui ricordare l’invasione controrivoluzionaria di Playa Girón, Cuba, 1961, promossa e sostenuta dagli Stati Uniti. Forse ci sono somiglianze con un possibile futuro scenario in Venezuela. Il piano imperialista, che si sarebbe realizzato con il concorso di traditori, come sta accadendo oggi nel nostro paese, avrebbe tentato di insediare un “governo provvisorio” nella zona a sud di Cuba, lontano da La Avana, per evitare le principali forze militari cubane, e da lì iniziare una guerra con un presunto sostegno di massa. Una volta istituito il “governo provvisorio”, avrebbe ricevuto il sostegno dell’OSA.

Proprio come potrebbe accadere qui in Venezuela, l’operazione iniziale della controrivoluzione a Cuba sarebbe stata appoggiata da forze “disertrici” (invasori anti-castristi e aerei statunitensi camuffati) e da presunte insurrezioni sia del popolo sia delle forze armate cubane. Esiste un piano analogo contro il Venezuela?

Se così fosse, un governo parallelo nel Táchira cercherebbe di condurre una guerra di logoramento, accompagnata da falsi positivi, che porterebbero a una situazione nel medio termine giustificando l’autorizzazione degli Stati Uniti a fornire a tale governo sostegno militare. Questo sostegno militare potrebbe includere, ad esempio, bombardamenti selettivi. Infine, si cercherà di rendere cronico un contesto di instabilità associata ad una situazione di asfissia economica, con l’obiettivo finale di distruggere la Rivoluzione Bolivariana, “recuperare” il Venezuela e metterlo al servizio degli interessi geopolitici dell’imperialismo. Naturalmente, stiamo speculando, ma attenzione che forse non siamo tanto distanti da uno scenario simile a quello che ipotizziamo.

Quando ci troviamo di fronte ad alcuni “dissidenti” del chavismo che incontrano Juan Guaidó con il pretesto che è il “presidente dell’Assemblea Nazionale”, non possiamo davvero fare a meno di essere sorpresi da tanta ignoranza (o crimine?). Nossignore, Guaidó è prima di tutto e soprattutto il “presidente ad interim” nominato dal governo di Donald Trump, suo burattino volontario, criminale e traditore della Patria di cui i tribunali del Paese dovranno prima o poi occuparsi. Nel frattempo, se dovesse verificarsi uno scenario come quello descritto, auguriamoci di ottenere lo stesso risultato vittorioso del popolo cubano di Playa Girón. Per questo abbiamo bisogno, più che mai, di unità, lotta, battaglia e vittoria.

[Trad. dal castigliano per ALBAinformazione di Alessio Decoro]

Con el permiso de mis lectores: ya vengo, voy al baño

por Néstor Francia

Ayer me encontré en la calle con una agradable chica (mantiene su buen talante a pesar de que tiene marido), miembro de mi club virtual de fans, que me reclamó porque tengo días que no publico nada. En ese sentido, quiero recordar algo que le dijo Chávez a Salas Römer en 1998, durante le campaña electoral, porque este insistía en que el Comandante debía concederle un debate. Chávez le respondió: “Como si yo estuviera para perder el tiempo”.

No estoy diciendo que escribir mis artículos sea perder el tiempo, no estoy seguro, aunque es muy probable que sí, pues dados mi intrascendencia personal y el hecho de que al parecer voy a coger pista más temprano que tarde, lo más probable es que rápidamente me convierta en polvo y olvido. Otros la llevan peor, porque tienen todas las señas de convertirse en mal recuerdo ¡Dios me libre!

Por ahora, es claro que los dirigentes políticos a mí ni me ignoran y, por otro lado, vivo llevando palo de toda clase de poderosos, escribidores, jalabolas y cabezas de ladrillo de disímiles tendencias. También es verdad que en la calle multitud de seres tan insignificantes como yo me saludan entusiastas, me miman, me animan a seguir siendo un carro sin frenos (la chica agradable con marido recordó esta frase). Vainas del perraje, que es la clase social en la cual me ubico, sector viejos poetas y locos.

En fin, quiero pedir excusas y permiso a mi fan con marido, lo que pasa es que ahora me dio por concentrarme en escribir un libro, lo cual es muy ardua tarea para alguien con tan dudoso talento como yo ¡quién fuera Luis Britto García! ¡Cómo debo sudar, cuantos lumbagos tengo que sufrir, qué incómodos síndromes de túnel carpiano me sale soportar, para pergeñar un par de cuartillas sin ninguna garantía de que sirvan para algo!

Como yo vivo informándome e investigando para evadir la horrible realidad, tengo acumulados muchos documentos, discursos, investigaciones hechas por otros menos vagos que yo (soy vago en el sentido de difuso, sin que ello signifique que sea la flor del trabajo) Eso me permite pensar que este libro puede estar mal escrito de aquí al primer trimestre del amenazante 2019. Por eso pido permiso un momentico para ir al baño ¡I will come back, fan with husband!

Aquí quiero agregar que a mis dificultades naturales para escribir se suman algunas que están previstas, como el hecho de que a menudo me disperso y me pongo a escribir poesía, como si no estuviese claro que los buenos poetas están completos ¡Oh, si yo fuera un buen poeta, William Osuna! Y también otras imprevistas, como que hoy estoy pendiente de que abran los comercios para salir corriendo a comprar todo lo que pueda hasta quedarme limpio, porque acaban de aumentarme el sueldo y el lunes todos los precios estarán elevados a la ene potencia. Me refiero a algo que el Gobierno llama, metódicamente, “precios acordados” y yo, cínica y jodedoramente, “precios olvidados”.

Bien, ma chere fan avec mari, no te preocupes. Yo sé que te cuesta vivir sin mí (con el permiso de tu machista personal), pero no te preocupes, que solo estaré un rato en el inodoro (¿por qué llaman así a lugar tan oloroso?), aunque no volveré tan rápido, porque voy al número dos.

Néstor Francia sobre las fallas comunicacionales de la ANC

Risultati immagini per comunas Venezuelapor Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV

Noviembre 15, 2018.- “No existe aún un proyecto formal de la nueva Constitución Nacional, todavía se está trabajando en el articulado. Los problemas de comunicación hacia adentro y hacia afuera de la Asamblea Nacional Constituyente han favorecido la confusión al respecto”, dijo el integrante del soberano cuerpo deliberante Néstor Francia.

LaIguana.TV lo consultó a propósito de las dudas expuestas por el intelectual Luis Britto García en el programa José Vicente Hoy sobre la supuesta existencia de un borrador ya consolidado que sería desconocido incluso para importantes constituyentes, entre quienes mencionó a Francia y a María Alejandra Díaz.

“Ese punto lo ha aclarado Diosdado Cabello. Allí hay una confusión que surgió primero por unas declaraciones de Hermann Escarrá y luego porque en el diario Panorama se publicó un supuesto texto del proyecto de Constitución. Diosdado dijo que no hay ningún proyecto todavía y yo le concedo razón porque nosotros todavía estamos trabajando en temas del articulado”.

Como ejemplo, Francia citó el debate que se está desarrollando en la Comisión de Comunas y Poder Popular, que apenas está empezando a analizar temas que, en su concepto, son fundamentales para el nuevo texto constitucional.

“Cuando me encontré con Luis (Britto García) le dije que era raro que él conociera el texto del proyecto y yo no, a pesar de ser constituyente. Creo que hay una confusión. O Escarrá dio una declaración equivocada o alguien lo copió mal. Y sobre el texto de Panorama, no tengo idea de dónde salió. Tal vez es una propuesta de alguien que lo envió como si fuera de toda la Constituyente”, expresó Francia, representante del sector de adultos mayores.

-Britto García también dijo que la ANC ha aprobado algunas leyes constitucionales en materia económica que son de raigambre neoliberal y vulneran la soberanía nacional. ¿Qué opina?

-He leído sus artículos sobre el tema. Tengo un gran respeto por sus opiniones. Pero como no soy experto en economía, lo que puedo hacer es escuchar a todos con el mismo respeto. Me parece que Luis Britto es una persona seria que al menos merece ser escuchado y que sus opiniones sean tenidas en cuenta porque cuando él dice algo, lo dice con seriedad, ha estudiado el problema y tiene propuestas alternativas, no se queda solo en la crítica. Cada vez que una persona estudiosa, preocupada por los problemas haga una observación de esa naturaleza, el deber de nosotros los constituyentes es el de prestarle atención. La Comisión de Economía debería invitarlo a él para escuchar sus planteamientos.

-Este planteamiento de Britto García habla de cierto hermetismo en la ANC, que marca una diferencia con el ambiente de ebullición, de efervescencia que había en 1999. Desde adentro, ¿cómo se percibe el nivel de discusión en ese cuerpo soberano?

-Los debates se están dando. Pero la Constituyente tiene problemas de comunicación tanto hacia dentro como hacia afuera. Eso lo hemos planteado varios de los integrantes de la Comisión de Comunicación. Las comisiones no informan de sus actividades ni siquiera a los otros miembros de la ANC. Por ejemplo, yo fui por voluntad propia a esa reunión de la Comisión de Comunas, porque me interesa el tema, no porque haya un flujo de información. Ninguna comisión se entera de lo que está haciendo la otra. Es un problema de comunicación interna. Nosotros hemos hecho propuestas concretas para enfrentarlo. Inclusive, Alberto Aranguibel presentó un formato para un boletín interno. Eso se envió a la directiva, pero no se ha discutido. Ignoro la razón. No creo que haya una intención de ser herméticos, sino que falta una metodología comunicacional. Pienso que deberían escuchar las sugerencias de los que somos comunicadores porque si internamente tenemos esas fallas, hay que imaginarse cómo será hacia afuera. De allí nace la confusión de la gente sobre lo que está haciendo o no está haciendo la ANC. Solo hay esfuerzos dispersos, como las entrevistas o declaraciones de algún directivo, pero la Asamblea no tiene un esquema de comunicación con el pueblo, con otros sectores de la sociedad. Es un problema comunicacional grave.

Añadió Francia que mejorar estos sistemas de comunicación es importante de cara al momento en que se vaya a discutir la propuesta del nuevo texto de la Constitución. “Lo cierto es que cuando ese proyecto exista, tendrá que ser discutido, de manera obligatoria por el colectivo nacional. Si no se hace así, el proyecto sería írrito porque nosotros los integrantes de la ANC somos representantes, no somos el poder constituyente, pues este es del pueblo, del soberano. Cualquier proyecto debe ser discutido por la sociedad, como pasó en el 99, cuando la gente iba en el metro, leyendo el proyecto. Tenemos que someterlo a debate primero, y luego a referendo porque nosotros no podemos decidir por aquellos a quienes representamos, que es el pueblo constituyente, el verdadero soberano”.

 

Capitalismo salvaje en Venezuela ¿Qué hacer?

Risultati immagini per chavismo maduropor Néstor Francia

En un artículo anterior publicado en Aporrea.org (“Castro Soteldo, la burguesía y Chávez”) me referí a “una necesidad que tiene este país, y con lo cual creo que estamos todos en deuda: la caracterización desprejuiciada de nuestra realidad”, para luego afirmar que “Venezuela es un país capitalista con un gobierno popular y nacionalista, ejercido por una tendencia antiimperialista, que propone una estrategia socialista, a través de un proceso de TRANSICIÓN”. Ahora pienso que me quedé corto, creo más bien que en Venezuela impera una inédita forma de capitalismo salvaje, según señales que envía la realidad y que considero inequívocas. Lo de “inédita” lo acoto precisamente por el origen, carácter y estrategia del gobierno que nos rige.

La primera señal es la situación económica. Sometidos estamos a una situación controlada en alto grado y de manera brutal por el capitalismo, con dominio de la producción, distribución y comercialización de la mayoría de bienes y servicios de consumo masivo, acaso con la importante excepción, en materia de servicios, de electricidad, distribución hídrica y telecomunicaciones. Pero aun en esos ítems dependemos de recursos técnicos e insumos que son producidos, casi en su totalidad, por grandes empresas capitalistas foráneas. Lo mismo pasa con los alimentos y las medicinas. Un ejemplo de ello son las cajas de CLAP, cuyo contenido es producido casi todo por empresas capitalistas foráneas, bien sea como productos elaborados o como materias primas procesadas y/o empaquetadas luego en el país.

Por supuesto, somos víctimas de la guerra económica que, como he expresado en otras oportunidades, no es coyuntural. La guerra económica del gran capital contra los pueblos es de carácter permanente y ontológico, es la forma de ser del sistema. Por ello en el mundo actual y por doquier los pocos ricos son cada vez más ricos y casi todos los demás cada vez más pobres. Por otra parte, somos muy vulnerables a la agresión económica en buena medida por los errores cometidos durante los gobiernos bolivarianos, con distintos grados de ineptitud, ineficiencia, corrupción, improvisación y hasta chapucería, por qué no decirlo, además de dogmatismo, y sectarismo político y económico.

La vulnerabilidad económica del país hace que los grandes esfuerzos que hace el Gobierno Bolivariano para remediar la situación y proteger al pueblo se vean seriamente afectados por el capitalismo económico salvaje que rige en todos los niveles, prolongando la distorsión en los precios y el abastecimiento, como es sabido por todos, entre otros males.

Pero no es solo la economía, en el ámbito social y cultural también campea el capitalismo salvaje. En Caracas, por ejemplo, donde vivo y sufro las calles todos los días, reina el desorden y el mal comportamiento ciudadano. He estado en varias capitales en el mundo y de estados venezolanos y puedo dar fe de que la ciudad más anárquica que han pisado mis pies es esta, mi querida Caracas ¿No es esto acaso un claro síntoma del capitalismo más deplorable que pueda existir? No solo el abuso de comerciantes, bachaqueros y otros especuladores, a los cuales se suman a menudo policías y guardias nacionales, sino también sectores que se pasan la Ley por santa sea la parte, como la mayoría de los motorizados que no respetan semáforos, aceras, flechas, prioridad de paso de peatones, etc. También los peatones irrespetan los semáforos y cruzan las calles donde les viene en gana, poniendo en riesgo, como locos, su propia integridad personal. Transportistas que desprecian ordenanzas referidas a derechos de estudiantes, personas de la tercera edad y con discapacidad limitada, que no respetan las paradas establecidas ni límites de velocidad ni zonas de estacionamiento ni otras obligaciones. Gentes que se atropellan unos a otros y que solo pueden hacer una cola ordenada si son vigilados por efectivos del orden público. En fin, sálvese quien pueda y Ley de la Selva: cultura capitalista pura y en estado salvaje.

Merma absoluta de la sensibilidad humana, contaminación sónica a toda hora, sin importar horarios ni zonas residenciales, manejo irresponsable de la basura tanto por las autoridades como por los ciudadanos, delincuencia civil y policial, empleados públicos que maltratan a quienes acuden a ellos, y que suelen robar insumos del Estado y a sus propios compañeros de trabajo, pérdida de efectos personales encontrados por otros y no devueltos a sus genuinos propietarios. Egoísmo extremo, decadencia ética, conciencia capitalista generalizada.

¡Capitalismo salvaje! Y no voy a acudir al cómodo y manoseado expediente de echarle todas las culpas al Gobierno ¡Todos somos responsables, nuestros espíritus están invadidos por el mal que debemos combatir!

Aceptemos también, claro está, que hay mucha gente buena, consciente, solidaria, honesta, amable. Pero lamentablemente, no son esas virtudes las que definen más acentuadamente a esta sociedad, sino aquellas lacras propias del individualismo capitalista. Los buenos, hasta ahora, están perdiendo la batalla del amor.

Ante esta realidad, una pregunta cunde en las calles. Se la escucha en las esquinas, en las plazas, en los mercados, en los centros de trabajo, en los pasillos del hemiciclo y en los operativos donde se reúnen los constituyentes: ¿qué vamos a hacer?

Bien, en mis reflexiones un tanto febriles, seguramente condicionadas por la dura realidad, me planteo varias opciones, que voy a trasladar a los lectores, sin parcializarme absolutamente por ninguna de ellas, solo colocándolas en el tapete para lo mismo de siempre, promover el debate, que según concordamos el otro día en una conversa informal con David Paravisini, es lo mejor que ocurre en Venezuela, el debate social sobre todos los temas y en todos los ámbitos. Enumero tales opciones, sin ningún orden jerárquico:

Opción 1: “La toma del Palacio de Invierno”. Radicalización absoluta de la Revolución. Nacionalizaciones, estatizaciones y expropiaciones generalizadas de los capitalistas, imposición de un Estado de Emergencia indefinido y de un gobierno popular autoritario, una dictadura del proletariado, que adelante medidas extraordinarias para controlar y disciplinar la sociedad. Ocupación, por parte del pueblo trabajador, de fábricas, almacenes, centrales de producción y distribución de servicios, militarización inevitable del país en estado de alerta roja revolucionaria, captura y reducción de todos los que se opongan al Gobierno revolucionario e implantación de un estado de guerra social en un salto cualitativo brusco de la Revolución. Asunción de todos los grandes riesgos y dificultades que se presentarían por un tiempo más o menos prolongado, e incremento del peligro de violencia interna y externa. Preparación general para la guerra y la violencia revolucionaria.

Opción 2: “Despacito”. Radicalización relativa de la Revolución y desarrollo paulatino del plan económico, sin prisa pero sin pausa. Tal como dice la canción de Luis Fonsi y Daddy Yankee, “Me voy acercando y voy armando el plan”.  Mayor ejercicio de la autoridad del Estado, participación más activa y presencial de la Fuerza Armada en el control del bachaqueo, la especulación y el acaparamiento. Estado de Emergencia indefinido con medidas fuertes para incrementar la disciplina económica y social. Aplicación más incisiva de las leyes, con castigos ejemplares para los delitos económicos, fiscales, monetarios, de corrupción y de índole civil. Transformación del PSUV en un genuino partido de vanguardia social que dé prioridad a las necesidades cotidianas del pueblo, manteniéndose a su lado y compartiendo sus problemas del día a día. Profundización y aceleración inmediata del desarrollo auténtico de las formas de poder y producción social, carrera feroz contra el tiempo, bajo riesgo de descontento creciente que desemboque en implosión social.

Opción 3: “No importa si un gato es blanco o es negro”. Se acepta y se asume el carácter capitalista de la economía y se emprende un camino para hacerlo más funcional en beneficio del pueblo, se promueven acuerdos más amplios y duraderos con el capital, incluidos el capital extranjero y el gran capital nacional, siempre bajo el papel rector del Estado. Se ralentiza la transición política al socialismo y se protege con nuevos métodos la economía social, apuntando a su desarrollo lento pero sostenible y permanente. Se mantiene el control político pero se negocia de manera relativa el poder económico. Se toma un camino parecido al de China y Vietnam para la recuperación económica, abriendo las puertas a grandes empresas y marcas extranjeras, y se retrocede en algunas metas de la transición al socialismo. Se incrementa el riesgo de dar paso a algunas políticas empresariales anti obreras y anti populares y al crecimiento del capitalismo en detrimento de algunos logros del pueblo trabajador, aunque se abre camino más firme a la producción nacional.

Opción 4: “Método Eudomar Santos”. Como vaya viniendo, vamos viendo. Se toma decisiones según se vaya desarrollando el escenario, respondiendo a presiones y agresiones con medidas puntuales como aumentos salariales, distribución de bonos, programas de alimentación, experimentos productivos de diverso tipo, iniciativas cambiarias y monetarias, subsidios directos e indirectos, pero todo ello tratando de generar instrumentos de control del comercio capitalista hoy desatado y en dominio de la distribución y venta de bienes y servicios.

Opción 5: “Espacio para rellenar”. Escriba aquí su propuesta o su opinión. Por supuesto, cualquiera de estas opciones tendría que incluir la defensa férrea de la soberanía nacional y el mantenimiento de Venezuela en la vía de multilateralismo geopolítico y la lucha contra cualquier intención hegemónica en el mundo.

¿Alguien puede explicarme bien y a fondo cuál vía es la que se está aplicando ahora y en qué se parece, si se parece, a alguna de las opciones señaladas? Parafraseando al pana Roberto Hernández Montoya: es por un cerro de dudas que tengo. Que alguien me dé luces, por favor, si es que puede ¿Qué hacer?

¿Intervención militar en Venezuela? ¡No por ahora!

Immagine correlatapor Néstor Francia

Es correcto mantener el alerta amarilla comunicacional contra la posibilidad de una intervención militar foránea en Venezuela ordenada por Estados Unidos, así como extremar las medidas de preparación de la guerra del pueblo contra cualquier invasor extranjero. De allí a pretender que la invasión a nuestro país es inminente hay un buen trecho. No lo es, y vamos a teorizar sobre el por qué.


Por supuesto que existen los planes de intervención militar directa en nuestro país, eso no es de ahora. El Plan Balboa, que apunta a una guerra de invasión del occidente de Venezuela, existe desde 2001. Mucho más reciente es el Plan Venezuela Freedom-2, que se puso en plena ejecución a principios de 2016, después que el chavismo perdiera ampliamente las elecciones parlamentarias del año anterior. El desarrollo de este último plan es importante para el análisis.


Lo primero que debemos proponer es que la imagen de un Trump poderoso, decidido a todo y dispuesto a imponerse al mundo contra viento y marea no se corresponde con la realidad. El extremismo fascista que representa Donald Trump se encuentra absolutamente a la defensiva, más allá de sus permanentes bravuconadas que son consecuencia de su debilidad: es un perro que ladra mucho y muerde poco. Todas las ofensivas  recientes del imperialismo norteamericano han concluido en fracasos. En Ucrania, los pro-rusos se quedaron con la mejor parte. En Siria, los rusos se les metieron por los palos e hicieron más fuerte al gobierno de Al Assad, Irán se ha impuesto sobre todas las sanciones y manipulaciones, Corea del Norte sentó a Trump a dialogar en los predios del continente asiático mientras obtiene éxitos diplomáticos, acercándose a Corea del Sur y recomponiendo su relación con China. Rusia y China han respondido con precisión y contundencia todas las acciones de guerra comercial que ha tratado de impulsar el gobierno yanqui. Los principales socios europeos del imperialismo no esconden sus diferencias con las políticas de Trump y las inconformidades han sido expresadas por gobiernos tan importantes como los de Alemania, Inglaterra y Francia. 

En cuanto a América Latina, las corrientes neoliberales aliadas a Estados Unidos que han obtenido victorias, no han podido dar estabilidad política a sus países ni evitar que las fuerzas progresistas se hagan dueñas de la calle, como en Argentina y Brasil. Gobiernos nacionalistas como los de Bolivia, Nicaragua y Venezuela han resistido con éxito todas las agresiones del imperialismo, mientras que en México, otro gran país americano, las fuerzas del progreso se llevaron la victoria electoral presidencial. Las tendencias progresistas siguen siendo poderosas en todo el continente, y apuntan a nuevas y relevantes victorias en el futuro cercano.


El escenario global es, pues, completamente desfavorable a los Estados Unidos y no parece, al menos por ahora, que esté en capacidad de lanzarse a una aventura incierta en Venezuela, donde encontraría una resistencia armada denodada de las fuerzas patrióticas.


Pero además, a lo interno los planes imperialistas han sufrido inmensos contratiempos que alejan aun más la posibilidad de una incursión militar imperial inmediata, bien sea por mano propia o por agente interpuesto, como podría ser Colombia o alguna coalición multinacional ¿Qué paso con los avances de la operación Venezuela Freedom-2? Como he dicho, este plan de agresión entró en fase plenamente ofensiva a principios de 2016. El documento, firmado por el jefe del Comando Sur, Almirante Kurt W. Tidd, asentaba que la evaluación negativa que se hacía del gobierno de Maduro para aquel momento había sido “confirmada por los últimos acontecimientos, situación que en el transcurso de 2015-2016 ha empeorado ostensiblemente, debilitando aún más la administración de Maduro, siendo uno de sus resultados la pérdida de apoyo electoral reflejado el 6 de Diciembre pasado (se refiere a 2015)”. El imperialismo vio llegado el momento de afincarse y acabar con el Gobierno Bolivariano. Todos los elementos que configuraban la puesta en marcha de aquella ofensiva se pusieron en juego. Veamos, resumidamente, como lo dejaba en claro el mencionado documento: 


“La derrota en las elecciones y la descomposición interna del régimen populista y anti-norteamericano recoge el impacto exitoso de nuestras políticas impulsadas con fuerzas aliadas en la región en la fase 1 de esta operación, entre las que destacan:


a) Poner en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos humanos del gobierno de Maduro.


b) Empleo del mecanismo de la Orden Ejecutiva (EXECUTIVE ORDER) como parte de una estrategia que puede justificar el desarrollo de nuestra política…


c) Aislamiento internacional y descalificación como sistema democrático, ya que no respeta la autonomía y la separación de poderes.


d) Generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA.


Todas estas acciones fueron adelantadas por el imperialismo, con un objetivo específico:


“Colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de organismos multilaterales, incluyendo la ONU”.

 

Hay un asunto de extremada importancia en esta panorámica: el imperialismo sobreestimó la victoria de la derecha en las parlamentarias de 2015, lo cual generó una absoluta distorsión de sus estrategias. Leamos: “…los factores democráticos han aprovechado estas circunstancias para crecer como fuerza a pesar de las rivalidades y desunión en sus filas, ya que se mueven en su seno diferentes intereses y puntos de vista. Sin embargo, nuestra intervención oportuna ha permitido delinear un camino para una salida rápida del régimen. Si bien se está enarbolando el camino pacífico, legal y electoral, ha crecido la convicción de que es necesario presionar con movilizaciones de calle, buscando fijar y paralizar a importantes contingentes militares que tendrán que ser dedicados a mantener el orden interno y seguridad del gobierno, situación que se hará insostenible en la medida en que se desaten múltiples conflictos y presiones de todo tipo”. En ese contexto hay que insertar el fenómeno de las guarimbas del primer semestre de 2017, como parte importante de la operación Venezuela Freedom-2.

 

Ya en aquel momento, el imperialismo no contemplaba una intervención armada directa en Venezuela como primera opción, sino que confiaba en la capacidad de la MUD, con todo el apoyo imperial, para dar al traste con el gobierno de Maduro: “Con los factores políticos de la MUD hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada. Por supuesto, hay que seguir impulsando como cobertura el referéndum o la enmienda que se apoya en el texto constitucional y que sirve para censar, movilizar y organizar una masa crítica para la confrontación. Por eso, también hay que enarbolar los artículos 333 y al 350 que legitiman la rebelión. Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (sobre todo en esta fase-2) de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro”. Pues bien, fracasaron en todo esto: “las acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada” terminaron en la nada, con el remate de la Asamblea Nacional Constituyente electa el 30 de julio del año pasado. No pudieron concretar el referéndum revocatorio, el pueblo no acudió a los llamados insurreccionales basados en la supuesta aplicación de los artículos 333 y 350, las “fuerzas aliadas” de la MUD, tras repetidas derrotas, se convirtieron en cenizas. Finalmente, Maduro no solo no “salió”, sino que más bien terminó viéndose mucho más fuerte de lo que se veía en 2016. 


Pero también fracasó el juego “institucional” del imperialismo, que se fundamentaría en la actuación de la Asamblea Nacional: “Bajo un enfoque de ‘cerco y asfixia’, también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD, utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes”. Ya todos sabemos lo que pasó: es más bien la Asamblea Nacional dominada por la derecha la que ha terminado cercada y asfixiada por las instituciones controladas por el chavismo.

 

El imperialismo preveía una “fase final” que advendría a mediados de 2016, tal como planteó Henry Ramos Allup desde la AN. Para ello el plan proponía “aplicar las tenazas para asfixiar y paralizar, impidiendo que las fuerzas chavistas se pueden recomponer y reagruparse”. Pero a pesar de todos los esfuerzos del imperialismo y sus aliados criollos, el chavismo no solo se mantuvo unido y se recuperó política y anímicamente de la derrota parlamentaria, sino que además, apenas un año después de la pretendida “fase final”, se mostró victorioso con la exitosa elección de la ANC y en las elecciones posteriores.

 

También fracasó el operativo Venezuela Freedom-2 en su intención de promover la aplicación a Venezuela de la Carta Democrática de la OEA, así como en el propósito de debilitar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, expresado en el párrafo que asienta: “existe una alta probabilidad de que los mandos identificados con el chavismo duro ofrezcan resistencia, sobre todo en unidades élites que históricamente se han alineado con el régimen. Por eso, hay que sostener el trabajo de debilitar ese liderazgo y anular su capacidad de mando”. Uno a uno se han ido cayendo los planes conspirativos militares y los elementos involucrados en ellos, y la FANB sigue siendo un fuerte bastión de apoyo al chavismo.

 

Y no olvidemos que el Gobierno de Trump se enfrenta a una convulsionada realidad política interna  en Estados Unidos. Transido en medio de una creciente polarización social, con las contradicciones en el seno del gran capital eclosionando cada vez con más fuerza y a las puertas de un proceso electoral “caliente” y con resultados imprevisibles, no hay ambiente propicio para que empiecen a llegar al Norte los ataúdes con los gringos muertos, pues se sabe que en Venezuela va a arder Troya si la planta insolente del extranjero osa hollar el sagrado suelo de la Patria.

 

En esta situación, el imperialismo trata de mantener viva la llama de la agresión contra Venezuela, por medio de las sanciones financieras, la guerra mediática y el sabotaje interno. Ha tratado de prolongar algunos de los métodos propuestos en la operación Venezuela Freedom-2. Uno de ellos expresado taxativamente en el documento del Comando Sur: “Especial interés adquiere, en las actuales circunstancias, posicionar la matriz de que Venezuela entra en una etapa de CRISIS HUMANITARIA por falta de alimentos, agua y medicamentos, hay que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela está “cerca del colapso y de implosionar” demandando de la comunidad internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar vidas”. Esta matriz ha sido machacada insistentemente por el ejército mediático del imperialismo y sus aliados, y por múltiples actores alineados con esas políticas, pero se ha perfilado como inoperante, sobre todo ante el fracaso de los otros elementos que hemos señalado. La matriz de “crisis humanitaria” tiende a debilitarse, por más que ahora trata de ser reforzada con la matriz de “crisis migratoria”.

 

Ante el fracaso del operativo Venezuela Freedom-2 y la extinción de la MUD, a lo cual hay que añadir el aborto del engendro con el cual se pretendió sustituirla, el autodenominado “Frente Amplio Venezuela Libre”, el imperialismo se ha quedado mocho de su brazo político interno, la derecha fracasada, minimizada, atomizada y acéfala. Solo con una acción violenta distorsionadora del escenario de estabilidad y paz que hay en Venezuela, se podría generar una conmoción social interna que revitalice las posibilidades de intervención multilateral previstas en el operativo Venezuela Freedom-2, y aun así no es seguro que lo logren, ante la fortaleza y la coherencia interna del chavismo. Es en esa línea que se produjo otro fracaso de los enemigos de la Patria: el fallido magnicidio del 4 de agosto.

 

Por supuesto, el imperialismo se mantiene y se mantendrá activo contra Venezuela y se cierne sobre nosotros el peligro del terrorismo desatado para intentar alcanzar lo que no han podido por otros medios. 

 

Pareciera que la ofensiva político-mediática actual tiene como objetivos, por una parte mantener vivo de algún modo el ánimo de una masa opositora devastada, desmoralizada y desmovilizada, con la resignación rubricada con su incursión en las colas para sacar el Carnet de la Patria; por otro lado, continuar a la espera de alguna chispa que incendie la pradera de la conmoción social interna.

 

Como me gusta decir, en política no hay nada escrito, así que cuando planteamos la improbabilidad inmediata de una intervención armada en Venezuela, nos referimos al escenario que prevalece hoy, reafirmado con las audaces e innovadoras medidas económicas del Gobierno Bolivariano. Pero de todas formas, de cualquier malla sale un ratón, así que hacemos bien en dormir con un ojo abierto y otro cerrado, pero es casi seguro que este año pasemos una Navidad en sana paz ¿Y después? ¡Vamos a ver pa’ ver!

 

NOTA: unos pocos se tomaron a mal mi artículo “¡Muerte a los pensionados!”, creyendo que de verdad yo estaba atacando a los viejos. Ese es el problema del sarcasmo, que linda en una frontera peligrosa. Yo quiero consolarme pensando en lo que dijo Oscar Wilde: “Sarcasmo: la forma más baja de humor pero la más alta expresión de ingenio”.

El Sábado Negro de los pensionados

por Néstor Francia

Con este título no pretendo asignar dimensión histórica a la protesta que realizaron los pensionados el sábado 1° de septiembre pasado, solo es un truco que aprendí en mis largos años como creativo publicitario: primero que nada llama la atención, si quieres que la gente te escuche. No tengo la manía de moda de que cualquier evento ordinario es tildado de “histórico”, eso se lo dejo a los historiadores del futuro. En realidad, protestar y criticar fue algo que le enseñó Chávez al pueblo como cosa común, a pesar de que se les olvida a unos cuantos radicales o dogmáticos del chavismo, a quienes se les erizan los pelos ante la crítica. Al grano.

Mi nombre es Néstor Francia y soy Constituyente electo por el sector pensionados de la región capital. A ese sector me debo y por lo tanto no puedo callar ante lo que ocurrió ese día con el retiro de fondos de las pensiones. Lo primero que voy a decir es que tampoco fue cosa del otro mundo, es normal que cuando se experimenta algo nuevo asomen algunas fallas y errores, no se va a acabar el mundo ni tampoco la Revolución por este atajaperros.

Pero tampoco se puede pasar por alto algunos asuntitos que enturbian el caso. Veamos.

Estoy completamente de acuerdo con algunas opiniones de Eligio Damas en su artículo sobre el tópico publicado el mismo sábado en Aporrea.org: “Hay distintas formas de corregir una falla, pero la mejor que conozco es hablar con la verdad… hubiera sido prudente y hasta sano reconocer los errores en la programación, sin importar quien tuvo la responsabilidad y hubiesen quedado mejor”. Esto a propósito de la insólita declaración, por decir lo menos, del ministro Tarek El Aissami tras las protestas. Como si le echara las culpas a un tercero inmaterial, el ministro aseveró que “Hoy lanzaron falsas noticias, creando una matriz falsa de opinión diciendo que los abuelitos debían ir este sábado a cobrar el primer pago de la pensión pero es falso”. No me venga a decir que el problema fue creado por el imperialismo, la oligarquía, la derecha o la oposición. No señor, lo que es justo es justo: el tremendo bache comunicacional que desembocó en descomunal desinformación es responsabilidad única y exclusiva del Gobierno, y acaso se deba salpicar un poco a los propios bancos.

En realidad no hubo noticias falsas ni engaño, porque eso supondría alguna intención aviesa, que por supuesto no la hubo. Hubo sí declaraciones inconexas, dispersas, confusas, mal manejadas y de diversos voceros: el propio presidente Maduro, el ministro Jorge Rodríguez, Sudeban, los bancos y otros. Una comunicación desordenada, desenfocada, sin planificación. No se trata de condenar a nadie, al mejor cazador se la va una liebre. Pero si el cazador quiere mirar para otro lado y hacerse el suizo, eso sí es ya un problema serio: se te fue la liebre, compa, se te fue, se te fue, no disimules.

Lo único bueno de un error es que puedes aprender de él. Si no lo haces, entonces el error es algo malo por donde lo veas. Un defecto cultural de los venezolanos es que somos reacios a evaluar lo que hacemos y eso a menudo nos lleva a tropezar dos veces con la misma piedra.

Los pensionados se enteraron de la información veraz de la manera difícil: madrugando, haciendo largas colas ante los bancos desde tempranas horas, sintiéndose defraudados, engañados, burlados. No digo que hayan sido tratados as adrede, sino que fue eso lo que sintieron. Por eso hubo trancas de vías en varias ciudades del país. En Caracas, supimos a ciencia cierta de trancas en importantes avenidas: en la Urdaneta, en la Sucre, en la Francisco de Miranda. Se salvaron otras porque hay pocos bancos o ninguno, como la Lecuna, la Baralt, la Bolívar, la Libertador. Por supuesto, de inmediato la canalla mediática nacional e internacional hizo fiesta. La noticia no sería nunca que las pensiones, universalizadas para toda la población sujeta a las mismas, recibieron un notable incremento, sino que los “abuelos” protestaron contra Maduro. Pelón comunicacional igual
a pelón político, sin más ni más.

¿Quién dijo que es recomendable informar por Twitter a los pensionados? Es lo que han hecho en exagerada proporción tanto el Gobierno como los bancos. No tengo ningún estudio estadístico sobre el tema, pero me late que más de la mitad de los pensionados no utiliza ese medio, muchos no poseen ni siquiera equipos para tal uso. También ha habido comunicación por medios tradicionales, pero con todas las taras que hemos mencionado más arriba. Como hay que ser propositivos, me permito hacer sugerencias al Gobierno Bolivariano:

1.- Reconoce tus errores, no les eches las culpas siempre a terceros, sobre todo cuando la verdad es evidente, como en este caso. Protege tu credibilidad, muéstrate humilde y digno ante el pueblo;

2.- Evalúa con franqueza todas tus actividades, para detectar aciertos y reafirmarlos, y fallas y corregirlas;

3.- Define y diversifica con precisión y eficacia tus vocerías, no pongas toda la carga en pocos funcionarios;

4.- Investiga, planifica, evalúa, como ya he dicho;

5.- Apréndete esto: el primer deber de un comunicador no es hablar sino escuchar. No
disminuyas tu oído ni sobrevalores tu lengua;

6.- No te burocratices más de lo que estás, obligado por el Estado burgués que te limita. Trata de percibir más de cerca el pulso de la calle de todos los días, no solo aquella que recorren las marchas y los actos partidistas;

7.- Asesórate, consulta, déjate ayudar: la autosuficiencia conduce a la ineficiencia.

Como siempre, tengo pocas esperanzas de que se me escuche. Pero digamos siempre como Kotepa: escribe, que algo queda.

Elucubraciones: Esclavos del Whatsapp

Risultati immagini per esclavos del whatsapppor Néstor Francia

Los seres humanos me parecen a menudo muchachos altos con serias dificultades de aprendizaje y morosidad para madurar. Son niños y niñas grandes (casi todos sus defectos corresponden a su partecita adulta). Lo malo es que desconocen al resistente niño que llevan por dentro y se creen realmente “grandes”, lo cual afecta seriamente su creatividad y su sentido del humor, y en consecuencia su posibilidad de ser felices. Pero una vez más estoy divagando, como me suele suceder. Trataré de ir al grano.

Un buen ejemplo de lo dicho en el párrafo anterior es el uso que dan muchos a la herramienta digital Whatsapp. Digresión: se trata de una ingeniosa contracción de la frase coloquial inglesa “What’s up” que significa algo como “Qué hubo”, de manera que en español podríamos llamarla “Quihubo”, perdiendo sin remedio la argucia que permite incluir, en inglés, la abreviatura “app”, que se refiere a “application”, o sea “aplicación”.

Yo estoy en varios grupos de Quihubo y también recibo mensajes de amigos y conocidos.
He silenciado todas las notificaciones para que el bendito celular no me esté pitando todo el día.

Básicamente, el Quihubo se ha convertido en un instrumento de reafirmación personal de los niños grandes. Allí exponemos, a veces con ladillosa largura, nuestras opiniones, anunciamos nuestros cumpleaños, nos hacemos mimos y carantoñas, nos armamos peos, expresamos nuestras cuitas y alegrías, nos pasamos cadenas, memes, fotos, selfies, emoticones y pare usted de contar. Algunos quieren que nos arrepintamos y nos convirtamos al culto de Jesús aquellos que no somos cristianos (la insistencia evangelizadora supera con creces a la de cualquier otra religión, al menos por estos lares).

Otros, como yo, lo usamos ocasionalmente para joder y burlarnos de nosotros mismos y de los demás ¡Tampoco es para eso!

Como soy fanático del parafraseo, voy a recurrir a este vicio utilizando una célebre frase de Winston Churchill, uno de los burgueses más inteligentes que han nacido: “Algunos ven a la empresa privada como si fuera un tigre depredador al que se debe disparar. Otros la consideran una vaca a la que hay que ordeñar. Solo unos pocos la ven como lo que realmente es: un robusto percherón que arrastra un pesado carro”. Voy a parafrasearla así: algunos ven al Quihubo como un terapeuta gratuito para explayar sus sentimientos y emociones. Otros lo consideran un filósofo multitudinario que juzga nuestras ideas. Solo unos pocos lo ven como lo que debería ser: un rápido mensajero que porta un maletín con ciertos papeles de trabajo.

Es muy difícil convencer a la multitud de esclavos del Quihubo de que se use ese espacio no para socialización sino para la información útil al trabajo (yo socializo por ahí con mis hijas, pero ¡son mis hijas!). Por eso me llegan no menos de mil mensajes diarios, de los cuales solo una mínima parte me son realmente útiles. Así que vivo borrando, en general sin leerlos todos, corriendo el riesgo de perder alguna información relevante. No convenceré a la mayoría, estoy seguro. Seguirán los niños grandes entreteniéndose con su juguete, y yo borrando y borrando.

Cierro con una anécdota para reafirmar mi idea de que el Quihubo es una forma de esclavitud: un sábado, tarde en la noche, me llegó un mensaje con algunos consejos “filosóficos” que no había solicitado. El esquema de los mensajes era el siguiente: “En vez de hacer tal vaina, haga esta otra”. Yo respondí: “En vez de estar enviando pendejeras por Whatsapp un sábado en la noche, cáigase a palos” ¡Joder!

Con los Robertos sobre la reconversión monetaria

Immagine correlatapor Néstor Francia

El día de ayer, domingo 19 de agosto, estuve con mis queridos amigos Roberto Malaver y Roberto Hernández Montoya en su programa de VTV. Como siempre, disfrute mucho con estos dos galanes de la televisión que me abruman con su afecto y su ingenio. He aquí un resumen de lo que dije en esos gratos momentos.

Primero que nada los felicité por ser un gran ejemplo para los venezolanos, ya que son los únicos que practican realmente la autocrítica en este país. No tienen ningún problema en reconocer públicamente que su programa no sirve para nada, que es una lata y que no lo ve nadie. Porque aquí todo el mundo dice “¡Hay que ser autocríticos!”, pero es básicamente para criticar a los demás. Yo personalmente no me autocritico, ya que a mí me critican demasiado (soy muy criticable) ¿A qué entonces echar más leña al fuego? Estoy tan desprestigiado que al programa estaban invitados también Earle Herrera y Luis Britto García, pero cuando se enteraron que yo iba, se inventaron unos pretextos para rechazar la invitación.

Los Robertos presentaron el imperdible segmento del Profesor Lupa, en el que este aconsejó a Malaver que fundara su propio partido de oposición, ya que el hijo predilecto de Tacarigua Despacio había dicho que quería aspirar a la secretaría general de Acción Democrática. Yo apoyé la idea de Roberto, ya que él es muy gobiernero y AD es el segundo partido de gobierno en Venezuela, pues manda en cuatro gobernaciones.

Estuvimos de acuerdo además en que los adecos no se acaban nunca, son como las chiripas, que tú les echas Baygón y se desaparecen por unos días, pero después vuelven a aparecer, tal como aportó sabiamente Hernández Montoya.

Malaver me preguntó qué pienso yo de lo que va a pasar a partir del 20 de agosto. Primero hice notar que ahora resulta que en Venezuela todo el mundo es experto economista, así como todo el mundo es comunicador y astrólogo. Confesé que soy lego en la materia, por lo que suelo preguntar a los que saben, tal como lo hice con Julio Escalona. Julio me explicó por qué las medidas anunciadas por el presidente Maduro son correctas y están bien concebidas, pero él de todas formas teme por el daño que puedan hacer el burocratismo y la corrupción. A mí eso no me preocupa tanto, porque a esas dos lacras estamos acostumbrados desde que mandaban los adecos, es una herencia que nos quedó de ellos. Me preocupan mucho más cosas como las que hicieron algunos comerciantes inmediatamente después de los anuncios del Presidente. Los aumentos de precios del fin de semana fueron un real escándalo. Uno que tenía los cambures a 200 bolívares el kilo (en efectivo) el viernes, los subió a 2.000 el sábado. Expliqué que un ladrón, si tú le cierras la puerta, tratará de meterse por la ventana. Los efectos macroeconómicos de las medidas van a ser muy buenos, a todas luces, pero no serán bendecidos por el pueblo si no se reflejan en la economía cotidiana más temprano que tarde. Malaver replicó que el Presidente dijo que el Gobierno iba ahora a gobernar no solo lo social, sino también la economía. Yo recordé otro señalamiento presidencial ante los altos funcionarios que lo acompañaban, y es que el Gobierno está obligado a gobernar. Amén.

Mucha gente opina que es hora de sacar los militares a la calle para controlar los desmanes de los comerciantes. No sé si eso funcionaría, mas recordé no obstante que Chávez lanzó el Plan Bolívar 2000 para ayudar al pueblo ante la crisis que le dejaron los gobiernos de la Cuarta República, ese es un buen antecedente del papel que pueden jugar los militares en una situación de emergencia.

Opiné que muchos hemos dicho que la oposición en Venezuela no existe, pero eso no es verdad.


La oposición es como el Hombre Invisible, que no se ve pero se sabe que está allí, actuando y conspirando, por eso estamos obligados a hacer las cosas mucho mejor que como las hemos venido haciendo.

En todo caso, comenté lo que me ocurrió con una vecina mía opositora, quien me preguntó: “Señor Néstor, usted cree que esto del Bolívar Soberano y el Petro funcione”. Le respondí que no podía asegurarlo, pero que la invitaba a que nos fuéramos ahí mismo a la iglesia Santa Teresa a rezar para que funcione, porque en Venezuela esta es la única propuesta real e inmediata que existe, si no funcionara, estaríamos fritos.

Dije igualmente que el magnicidio frustrado era obra de toda la oposición, ya que quienes no participaron directamente, se hicieron cómplices al no condenarlo y además negarlo o banalizarlo. Hernández Montoya se refirió a casos como los de Patricia Poleo y Jaime Bayly. Le asomé mi sospecha de que Bayly habría mentido, que no se habría reunido con nadie y que lo dicho sería otra de sus macabras payasadas para satisfacer sus enfermizas ansias de figuración.

Sobre la posibilidad de que se diera en Venezuela un nuevo Caracazo, aseveré que es muy difícil, porque Chávez generó en el pueblo una cultura de paz y contra la violencia, que está sembrada de raíz, pero sí temo que puedan venir acciones puntuales de violencia contra los comerciantes, lo cual sería muy grave. El problema es que no va a ser fácil controlar la especulación, porque en cuanto al control de ese flagelo, el Gobierno no tiene suficiente capacidad y el pueblo no tiene suficiente poder. Le pregunté a Hernández Montoya si sabía cuántas panaderías había en Caracas y me respondió que una vez se puso a contar las panaderías que hay solo en Catia y no llegó a terminar.

Es obvio que el Gobierno no posee esa capacidad de control ¿Y en cuanto al pueblo? En mi parroquia, por ejemplo, los consejos comunales no pasan de ser organismos gestores, los CLAP solo reparten comida y las Ubch básicamente organizan marchas y elecciones, pero el poder real de los ciudadanos es muy limitado. Los especuladores y bachaqueros se aprovechan de estas debilidades.

Sobre la reciente marcha roja rojita afirmé que no me gustaba el concepto, pues el magnicidio frustrado no fue un atentado solo contra Maduro y el PSUV, sino sobre todo contra todo (¡todo!) el pueblo de Venezuela, incluidos los opositores. Ese es el concepto que considero era más conveniente. Por supuesto, el PSUV tiene derecho a hacer una marcha con sus colores y sus símbolos, así como AD puede hacer una marcha blanca blanquita, Primero Justicia una amarilla amarillita y el PPT una azul azulita, pero que en este caso hubiese sido mejor que la convocatoria partiera de sindicatos, organizaciones campesinas, organizaciones populares, grupos culturales, una marcha multicolor que convocara a todos los venezolanos, no solo a los chavistas. En este sentido, y fuera del aire, les comenté a los Robertos que uno de los daños colaterales del magnicidio frustrado era que reforzaba a los factores más extremistas y sectarios tanto del Gobierno como de la oposición.

Pienso que la vanguardia social no puede andar por su lado, separada del pueblo. Debe tratar de convocar al pueblo todo sin distingos de colores. En ese mismo sentido, dije que el PSUV, por ejemplo, no puede estar, en un momento como este, solo marchando u ocupándose de su Congreso, sino que es pertinente un trabajo intenso de organización y entrenamiento de la militancia para ayudar en la tarea de control de la especulación que se le hace tan cuesta arriba al Gobierno y al incipiente Poder Popular. Al fin y al cabo, el PSUV es el sector del pueblo mejor organizado y mejor dispuesto para tales tareas, así que no puede limitar su actuación a lo meramente propagandístico, a la discusión ideológica o al lento trabajo de hormiguita de desentrañar los vericuetos de la organización de base.

Debe desarrollar la suficiente capacidad y flexibilidad para adaptarse rápidamente al acompañamiento del pueblo en sus batallas cotidianas. Ser mucho más que un partido de Gobierno, ser sobre todo una bujía permanente de nuestra calle doliente de cada día.

Me preguntaron mis panas sobre de qué va ahora la Constituyente. Primero que nada aseveré que para mí no era fácil responder a eso, pues formo parte del perraje de la Constituyente. Agregué que Earle Herrera y Alberto Arangibel gustaban de sentarse entre los chivos, pero no por ello dejaban de ser parte del perraje. Aclaré que no se trata de una división de clases, puesto que allí todos nos llevamos muy bien, sino de una división zoológica: los chivos y el perraje, como en cualquier sociedad que se haya conocido.

Respondí, no obstante. Afirmé que la ANC había cumplido muy bien, en esta difícil etapa, su papel de instrumento político del chavismo, pero que ahora le tocaba acelerar aquello que constituye su rol principalísimo, abordar la transformación profunda del Estado y convertirla en letra constitucional. Replanteé mi convicción de que el Estado actual es básicamente el mismo que el de la Cuarta República, un Estado disfuncional, hecho a la medida del burocratismo y la corrupción.

Apunté que el mal funcionamiento de este Estado no depende tanto de si un ministro o cualquier funcionario es eficiente o no, sino de su estructura, que está caduca, que no permite que la participación del pueblo se convierta en real protagonismo, que es una especie de mastodonte lento, pesado e inútil para las grandes tareas de transformación política, económica, social y cultural radicales que están pendientes. Eso es lo que todavía debe la Constituyente.

Agradezco altamente la nueva invitación que me hicieron los Robertos. La pasé muy bien compartiendo con ellos, una vez más, su rotundo fracaso.

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