por Julio Escalona
Abril comenzó con la salida de Mota Domínguez del sector eléctrico. El ataque cibernético, reconocido por la revista Forbes y por el New York Times, celebrado por la oposición de ultraderecha, puso al descubierto la crisis existente. Para enfrentarla ha sido designado Igor Gavidia. Positivo nombramiento.
En el país se fue activando un conjunto de plantas termoeléctricas que abrió la posibilidad de cerrar la dependencia del Guri. Sin embargo, según he sabido, Rafael Ramírez, las mantuvo, para su arrancada, subordinadas al Guri. Para el momento del sabotaje de principios de abril, Tacoa, Planta Centro y otras, estaban inoperativas. El Zulia siguió dependiendo del Guri. Este parece ser parte del
balance de los últimos cuatro años de gestión.
La economía ha sido afectada y la población sometida a graves sufrimientos, la agresión imperial le ha sacado provecho a esta situación ¿Se impone la necesidad de que la Comisión de Economía de la ANC realice una investigación de estos hechos? Sería una contribución a la gestión del presidente Maduro, quien cuenta con mí respaldo.
El presidente ha ido designando para apoyar la gestión del sector eléctrico, estados mayores, lo que puede significar una positiva asesoría, ante una situación multifactorial y multicausal. Pero, asesoría es una cosa y otra la posibilidad de obstaculizar las decisiones del ministro. Queda mucha burocracia inepta, corrupta y quintacolumnista, aliada de la agresión imperial. Igor Gavidia debe tener plena autoridad para decidir, rindiéndole cuenta al presidente Maduro.
Las comunas, las milicias, las unidades de la FANB, hermanadas con todo el pueblo, deben ser la base de las unidades populares de defensa integral. Ellas son la semilla, el fusil, el cerebro, el alma y el corazón del proceso bolivariano.
Ellas, los trabajadores y todo el pueblo, impulsarán y garantizarán procesos de producción en resistencia; la conservación y distribución de las aguas; la multiplicación de las tierras fértiles, la producción de abono orgánico, los procesos de reciclaje, en fin, la creación de una nueva hegemonía cultural, que derrotará la cultura promovida por los banqueros y el comercio importador, clases parasitarias, que, medrando de la renta petrolera, han hegemonizado hasta hoy la sociedad venezolana.