Análisis de Entorno Situacional Político
Viernes 16 de junio de 2017
Imperialismo y contradicciones
Según las ideas del gran filósofo chino Lao-Tse, que es uno de los cimientos del budismo zen, el concepto del Tao, principio basal de la naturaleza, se fundamenta en que la única constante en el universo es el cambio y que debemos aceptar este hecho y estar en armonía con ello. El cambio es el flujo constante que se produce por la acción combinada de dos elementos complementarios y contradictorios, por ejemplo el ying y el yang, lo masculino y lo femenino, el ser y el no-ser, lo alto y lo bajo. Es decir, es una filosofía dialéctica, que es básicamente la misma que está presente en el materialismo dialéctico marxista.
¿A qué viene esta digresión filosófica? A que se trata de principios naturales, reales, que pueden ser aplicados en cualquier campo de la vida, por supuesto también en la política. Cuando vemos individualidades y grupos políticos en Venezuela darle la espalda al Gobierno Bolivariano y a la actual dirección revolucionaria venezolana, nos gustaría regalarles la hermosa obra maestra de Lao-Tse, el Tao te King, o el célebre texto Sobre la contradicción, de Mao Tse Tung.
La sociedad está siempre llena de contradicciones, es inevitable, ya que todo es así. Es precisamente esta lucha de contrarios lo que genera el cambio permanente, siempre va a existir, con distinto carácter, pero siempre allí. Cuando nosotros asumimos la crítica del Gobierno o del chavismo en general, lo hacemos con plena conciencia de la existencia de tales múltiples contradicciones, por lo que nos está vedado el pensamiento simplista o reduccionista, que es el origen del fanatismo.
Paradójicamente, por esas mismas razones nuestro apoyo al Gobierno Bolivariano se mantiene incólume. Porque en el juego mundial de las contradicciones, en esta guerra mundial entre el imperialismo y sus aliados, por un lado, y los pueblos y naciones soberanas, por el otro, Venezuela, la Revolución Bolivariana, el Gobierno de Nicolás Maduro y el chavismo representan uno de los frentes antiimperialistas principales de este momento.
En tal situación histórica, hay quienes prefieren ver los árboles que el bosque, porque privilegian sus ansias de protagonismo, y sus proyectos personales y grupales, por encima de los intereses de la Patria, que son los de la Humanidad sometida por el Imperio más destructivo de la Historia ¿Qué quieren? ¿Qué se apodere de Venezuela un gobierno que se alinee con los intereses imperiales, como los de Argentina, Perú, Chile, Paraguay, Colombia o Brasil? Porque en la actual circunstancia, esa es la alternativa ¿Acaso creen que es una opción real una izquierda tercerista, que pueda contonearse patéticamente en este cuadro de guerra mundial, como pretende hacerlo sin éxito el Frente Amplio de Uruguay?
Nosotros hemos tenido, tenemos y tendremos distintas críticas a los gobiernos chavistas y a la dirigencia del chavismo, es una manera de ser leales, puesto que uno de los más graves problemas de estos es su dificultad para asumir realmente los errores, que es el primer paso para corregirlos, y la costumbre de escuchar las críticas pero no tomarlas en cuenta. Eso no nos gusta, por supuesto. Pero cuando ponemos en la balanza las distintas contradicciones, no tenemos dudas en cuanto de qué lado estamos. Como decía el banquero aquel, aquí estamos y aquí nos quedamos.
Por cierto, este Análisis de hoy lo inspiran los grandes enemigos de nuestra Patria ¿No se dan cuenta aquellos que abandonan el barco por algún disgusto con el Capitán, que no es para nada casual la furia del imperialismo y de la burguesía mundial contra Maduro y nuestra Revolución? ¿Acaso están ciegos que no ven las claras señales de la realidad? Veamos.
En este momento, cuando se acerca una nueva reunión de cancilleres de la OEA (dentro de tres días en Cancún), en la que se debatirá una vez más el tema de Venezuela, arrecia la agresión imperialista. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, instó ayer al resto de los países del continente a condenar “el abuso de poder” en Venezuela y a mostrar al Gobierno venezolano que la “libertad es el único camino verdadero para la prosperidad”: “Todos debemos levantar nuestra voz para denunciar el abuso de poder en Venezuela y debemos hacerlo ahora… Venezuela es víctima de un gobierno autoritario, un gobierno que está haciendo sufrir al pueblo venezolano”. Esto lo dijo Pence durante un aquelarre de la burguesía continental, la “Conferencia sobre Seguridad y Prosperidad en Centroamérica” que reúne en Miami a gobiernos y empresarios de los países de la “Alianza de la Prosperidad”, más México. Quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos que oiga.
El propio presidente del gobierno extremista de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió ayer a la “importancia” de la 47 Asamblea General de la OEA en Cancún y aseveró que ha instruido a su secretario de Estado, Rex Tillerson, a promover el debate sobre Venezuela en ese foro. Según una nota del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, “El presidente sigue enormemente preocupado sobre la situación que enfrenta el pueblo de Venezuela y ha instruido al secretario Tillerson a colaborar con los países de la región para que avancen las discusiones sobre Venezuela en este importante encuentro… Estados Unidos está con el pueblo de Venezuela durante estos tiempos tristes y turbulentos para su país”.
Entretanto, la Embajada de Canadá en Venezuela expresó su “preocupación” por el supuesto “uso excesivo de la fuerza” por parte del Gobierno venezolano. En un verdadero abuso injerencista de esta embajada, que representa al principal socio del imperialismo en el continente, desde allí se tuiteó que “Canadá continúa alarmado y triste por la muerte de ciudadanos venezolanos en el contexto de protestas” y también que “reprimir protestas con uso excesivo de la fuerza e invasión de hogares solo causa más conflicto y no es una solución a la crisis”. Para fingir ecuanimidad y tratar de morigerar su pretensión injerencista, la embajada añadió: “los ciudadanos también tienen la obligación de protestar pacíficamente y no usar la violencia”.
En fin, no deja de llamar la atención que todo el que se convierte en disidente del chavismo, pierde de inmediato la memoria y se olvida de que el imperialismo existe y de que está dirigiendo la guerra contra Venezuela. Ya no nombra a ese enemigo, acaso para borrarlo de su mente, en actitud vergonzante.